miércoles, 29 de abril de 2009

Sobre una respuesta que se convirtió en post


Aquí va lo prometido, chicos… La publico como post, pero está redactada como si se tratara de una respuesta a mi anterior entrada.

Hola, Serena!

No te preocupes, mujer.. ¡Si me has hecho reír y todo! Lo del bocata de jamón… Buenísimo, la verdad.. ¡Jajaja!

En fin. Creo que él en el fondo sabe, e incluso espera, que lo que yo desee es algo más que sexo, pero no se aclara. Lo cierto es que es muy, muy inseguro (incluso él mismo me lo ha reconocido en más de una ocasión). Me parece triste ver a un chico como él, inteligente, interesante y guapo tan atado y bloqueado por sus miedos y por su inseguridad… En fin, cada uno tiene su historia detrás, y en su caso, a nivel familiar tuvo mucho que perder. No se imaginan los padres el daño tan tremendo, tan brutal, que pueden hacer a un hijo en ocasiones…

Tengo varios amigos a mi alrededor que comparten conmigo historias familiares de las que desearíamos alejarnos (incluido él, el primero de la lista). Incluso le he puesto nombre al grupo: “el club de los niños perdidos”. Hace poco le di la bienvenida a una nueva incorporación… Quizá por eso él y yo, entre otras cosas, nos entendemos tanto, y al mismo tiempo nos tememos.

Sé que en su caso, el hecho de meterse en la cama conmigo es un “quiero pero no puedo, quiero pero no sé como”. Tal vez desea que yo sea solamente para él, pero teme al mismo tiempo que le haga trizas. No creo que sea tanto por el miedo a hacerme daño a mí, de eso estoy casi segura. (Pero no porque eso no le importe, sino porque no creo que sea lo que le frene en primer lugar).

Y si, yo también comprendo que pueda desearlo todo, pero en estos tiempos, amigos míos, resulta un poco absurdo eso de casarse casi “por poderes”.. Amos, sin un poquito de pasión física de por medio, ¿cómo saber si hay una química real con alguien para meterse de cabeza en una relación por mucho que te guste? Y que conste que yo no soy exigente (siempre lo he dicho, más vale calidad que cantidad..Jajaja) (calidad como sinónimo de implicación, de deseo de complacer al otro y no de maestría, eh?)

¿Y si encima tienes que dejarlo todo (incluida una persona realmente excepcional, que te aporta serenidad y amor, a la que también amas y a la que destrozarías) por esa persona, que para colmo vive a 2300 km. de distancia de ti, solo para probar? ¿No es eso pedir demasiado?

El tema de mi pareja es algo sobre lo que he pensado ya tanto… Juro que intenté olvidar a ese chico, intenté recuperar mi rutina… Incluso decidí, hace ya unos años, que tal vez eso quería decir que no amaba a mi pareja, y decidí cortar con la relación entonces. Pero ver sufrir a mi pareja me hizo replantearme las cosas, y no fui capaz de marcharme. Incluso ahora, solo de pensar en verle sufrir hace que se me encoja el corazón en un puño. No se lo merece! De donde sacaría la fuerza para hacerle eso?

Con la persona que tengo a mi lado mantengo una relación muy especial. Es un hombre increíble, tierno, afectuoso, inteligente, atractivo.. Y con un respeto increíble por las personas. De hecho, hace ya muchos años me propuso que nuestra relación no fuera exclusiva (y os aseguro que no fue por el uso que él podría darle a ese acuerdo.. Si alguno de los dos tuviera que hacerlo, creo que ambos tenemos claro que sería yo). ¿Sabéis? Creo que él prefiere la idea de que pueda tener una historia física con otro hombre siempre y cuando yo elija seguir a su lado, siempre y cuando mi corazón se quede con él.

Sobre la historia con mi mejor amigo, estoy convencida de que intuye y sabe mucho más de lo que dice… A fin de cuentas, me conoce mejor que nadie. Pero, ¿sabéis cual es su actitud?

El verano pasado, cuando mi mejor amigo volvió a España, pasamos juntos veinte días, los dos a solas, viajando por aquí y por allá. Durante esas semanas hablé con mi pareja solo por teléfono (es algo a lo que estamos habituados, porque vivimos en ciudades distintas y pasamos a veces un tiempo sin vernos), y fue algo que vivimos con naturalidad.

Cuando llegó la hora de vernos, contándole cosas sobre el viaje, le dije: “imagino la cara de los vecinos cuando me vieran aparecer con él en lugar de contigo.. Lo que habrán hablado y pensado!!”. Me miró con una sonrisa y me dijo. “¿y si hubiera pasado algo, qué? No tendría la mayor importancia” . Imagino que la parte que no dijo en voz alta fue la de “porque si has tenido que elegir has elegido, y estás aquí conmigo, y no con él”.

En fin, no penséis que el rollo este de tener libertad dentro de mi pareja no me ha creado quebraderos de cabeza y jaquecas, porque resulta muy complicado de llevar a la práctica. Y sí. Aún contando con el consentimiento de mi pareja, sé que si sucediera me haría sentirme mal…

Pero lo que realmente me hace sentir peor no es el deseo físico, es el amor. Esa maldita palabra que siempre me negué a nombrar cuando hablaba del otro, y que no he sido capaz de pronunciar hasta que he pensado que estaba, al menos en gran parte, superado.

Esa infidelidad (hablando del corazón) era la que me hacía daño, y es la que me ha estado devorando también por dentro durante este tiempo. Dejar de pensar en la persona maravillosa que tengo a mi lado para qué… ¿Para pensar en alguien que no tiene claro lo que desea de mi?

Y si, creo que yo también pude jugar con él, con el otro, en cierto modo durante éstos años. Traté de hacerle pensar mil veces que no sentía nada por él. No podía exponerme, me sentía frágil y asustada por la posibilidad de que me rechazara, y he estado enviándole mensajes contradictorios durante mucho tiempo.

Si, lo reconozco… Y pensar en eso me hace daño, porque comienzo a ser consciente de que, probablemente, yo tengo una parte de culpa también importante en todo esto.

Por el momento, hace ya tiempo que hago un esfuerzo por mostrarme tal y como soy, por mostrar que dentro de mi también hay una mujer frágil, tierna, por dejar a un lado esa tremenda ironía con la que siempre busqué protegerme de él…

En eso estamos. Ahora no sé por donde andamos. Quizá estamos a mitad de un nuevo recorrido, quizá acabamos solo de empezarlo. O tal vez estoy más cerca de nuestro destino de lo que yo creo… El tiempo lo dirá.

Me pregunto, Jose, si tienes razón y el hecho de que yo tenga pareja le ha condicionado tanto, tantísimo. Si es algo que yo he subestimado en exceso… ¡A veces nos dejamos llevar tanto por los tópicos! “Bah, los hombres no le hacen ascos a eso, si una mujer les gusta se lanzan, da igual que tenga o no pareja!

Pero uno se olvida a veces de que todos los hombres no son iguales, y de que hay personas con principios que pisotearían su propio corazón antes de hacer daño a una tercera persona, o de entrar, por inseguridad, en una relación que no fuese completamente para ellos… ¡Quién sabe!

Esas historias no me gustan, yo misma lo vivo con ansiedad, pero, cuando el corazón toma el control resulta tan difícil pensar en nada más, verdad?

Lo de hablar con él con total sinceridad lo veo complicado. No por mi parte, que ya he asumido la necesidad de ser totalmente sincera, si no por la suya. ¡Tiene un bloqueo tremendo, no podéis imaginarlo ni de lejos!

La última vez, antes de alejarme el año pasado, que le pregunté si sentía algo por mi tardó más de una hora en abrir la boca. Me abrazó y me tomó de la mano con fuerza, y caminamos en silencio hasta que fue capaz de articular una frase, después de muchas vacilaciones. Por entonces, la frase fue “te veo sobre todo como una amiga”. Yo no me lo creí, pero tuve que hacer de tripas corazón y tragármelo. Dos semanas después, a distancia, por correo electrónico me estaba diciendo que se sentía atraído por mi, pero que no se veía capaz de tener una relación en ese momento.

¿Lo siguiente? Fue proponerme que nos fuéramos juntos a París. Ahí yo decidí que ya estaba cansada y harta de medias tintas, de “si pero no, no pero sí”, y me alejé de él.

Cuando he vuelto me ha hecho saber que ha sufrido mucho más de lo que yo pensaba, que ha pensado en mi continuamente, que me quiere.. Y luego está el viaje a Ámsterdam... Jóder, ¿Qué es lo que quiere de mi?

Os digo esto porque sé como funciona. Tiene un miedo atroz a hablar, a exponer lo que siente, así que arriesga solo una pequeña parte, y el resto lo va diciendo poco a poco, con el paso del tiempo.

Jose, me apena leer sobre tu historia. Me solidarizo contigo. Quiero que sepas que lo que tú, y Serena (que sois los que más caña me dais, positivamente hablando) me habéis dicho me ha hecho pensar, y mucho.

Trataré de ser aún más clara con él. Pero dadme tiempo, ¿vale? En nuestra relación las prisas nunca han funcionado.

Por mi parte, tengo claro que, en el caso de ser consciente de que pudiera hacerle realmente daño pararía. No deseo hacerle sufrir… Pero también se que lo haré si vuelvo a marcharme, así que las cartas están ya echadas salga lo que salga.

Ufff.. ¿Por qué la vida es a veces tan complicada?

Sería gracioso que, al final, fuese él quién acabara triturándome el corazón.

Y no, te explicaste perfectamente en tu post, Jose. Te mereces toda mi admiración y mi respeto.

¡Un abrazo enorme, enorme, para los dos! Y por supuesto, para todos los que tenéis de vez en cuando un ratito para leerme (y seguir el culebrón…Jajaja!) y animarme con vuestras palabras (Toni, Mary, Paula, Desira, Bea..Perdonadme si no menciono a alguien, pero sabed que os tengo muy en cuenta a todos).

Al final me acabaré volviendo cursi y tierna en exceso, con lo que yo era… Esto no puede ser.. ¡jajaja!

No sé si habré respondido a todas vuestras preguntas, pero en cualquier caso no os preocupéis, aún quedan cosas por explicar y por contar. Ultimamente las cosas van girando un poco más rápido, aunque aún no sé en qué dirección..

martes, 28 de abril de 2009

Corriendo... como los caracoles



Diario de un viaje esperado... Día 5. Volvemos a casa.

Cuando quisimos darnos cuenta la hora se nos había echado encima. Nos levantamos deprisa y bajamos a desayunar. Me sentí frustrada y enfadada durante un rato, y de nuevo, tratando de ser honesta, te dije que me sentía como una imbécil. Tú me miraste con cara de sorpresa, y me pediste que te explicara el porqué.. Te dije que había deseado besarte, y que de nuevo me había quedado a un instante de conseguirlo. Me respondiste con naturalidad diciendo que no, que había sido hermoso, que era hermoso el hecho de compartir caricias con una persona a la que quieres.. La conversación se quedó ahí en ese momento. Teníamos que recoger las maletas y reunirnos con el grupo, que ya nos esperaban en la estación central de tren.

De camino hacia allí, en el tranvía, seguimos charlando. Volviste a sorprenderme diciéndome que no tuviera prisa, que quería correr demasiado.. ¿Correr demasiado? ¡Jóder! ¿Qué entiendes entonces por ir despacio? ¿Que echemos un polvo cuando nos jubilemos?

Respondí a tu comentario aclarándote que los hombres, habitualmente, suelen correr, y mucho. Mostraste tu desacuerdo diciéndome que tal vez sería así en mi país, pero que en el tuyo las cosas iban de otra forma. Me pareció absurdo. Ahí si que te miré, haciendo un movimiento negativo con la cabeza, y te dije: “no, perdona, pero no es así. Yo he vivido en tú país y he vivido la “prisa” de unos cuantos hombres por tener algo conmigo, sé muy bien de lo que te hablo”.

Creo que necesitabas una excusa, porque el que tiene miedo de correr eres tú. Claro está, que a veces olvido que, cuando te conocí, creías en el amor para toda la vida y en el sexo dentro del matrimonio (si, ya os lo dije, antes tenía un sentimiento religioso muy fuerte, como ese cura tuyo de Quills, Serena!). Aunque has cambiado, y mucho, a lo largo de estos años, ¡sigues teniendo tanto miedo a amar...! Si, tal vez todo aquello era la excusa perfecta que te permitía protegerte en aquella época, cuando eras un poco más joven.

Pues nada, gente, ya entendéis porqué no me lanzo del todo (entre otras cosas, claro..). Me siento como un hombre enamorado de una chiquilla, ¡hemos invertido los roles!!! ¿Alguien recuerda el pudor con el que se responde la primera vez que intentan meterte la mano dentro de las bragas, o el respeto que se profesa por los primeros besos..? Así te siento yo, como una niña vulnerable que quiere y no quiere. Quizá me equivoque, porque puede haber una opción b. Que hayas tenido alguna experiencia tan mala, tan terrible (hay una parte de tu vida que nunca me cuentas), que te haya producido un pavor tremendo ante la posibilidad de amar.. O, como habéis planteado vosotros, puede que simplemente tenga miedo de hacerme daño, o de que sea yo la que le haga trizas el corazón.

O quizá, simplemente, me quieres mucho, muchísimo, pero no me amas. Y aunque yo te atraiga mucho (porque me lo has dicho, y aunque no lo hubieras hecho, eso lo sé), no seas capaz de abrirte por completo...

Volviendo a mi viaje, debo admitir que el resto del tiempo que nos quedaba juntos transcurrió de forma tranquila, relajada. Al llegar al aeropuerto me pediste -con un toque de melancolía, de fragilidad- que cambiáramos nuestros vuelos, y que me quedara contigo hasta el día siguiente en Amsterdam. Pero te dije que no con una sonrisa en la cara. Esta vez no me dolía irme, como las otras.

Como siempre, en el momento de que se acercara la despedida me abrazaste, y caminamos enganchados hasta llegar a la puerta de embarque. De vez en cuando tarareabas alguna de esas canciones que tanto te gustan, repitiendo un par de estribillos que últimamente dejar caer con frecuencia cuando estás a mi lado o cuando hablamos, como uno del último disco de Cold Play (Life in technicolor II) “oh love, don´t let me go....”. ¿Casualidad? No quiero darle demasiadas vueltas en mi cabecita.. ¡Últimamente sale tanto ese mensaje en tus canciones..! Pero esa será otra historia.

Esta vez habíamos coincidido con la zona de embarque y, como tú salías más tarde, nos acompañaste hasta la subida al avión. El resto del grupo se adelantó y nosotros nos quedamos allí un rato, apurando la hora de subir.

Por primera vez en mucho tiempo no te abracé al despedirme, tan solo te di un par de besos, en tono afectuoso. Salí disparada y me volví antes de girar la esquina, sonriéndote. En esta ocasión no te habías marchado, seguías allí, mirándome, así que me devolviste la sonrisa con una ligera vacilación mientras te veía desaparecer.

Inmediatamente, sin la menor vacilación, seguí mi camino.
Al llegar al avión creo que todos me observaban con atención, en especial nuestro tercero en discordia. Me preguntó si te habías quedado “muy triste”, y yo le respondí con una sonrisa, diciendo que no. Me sentí observada por él durante todo el viaje -ya que se había sentado en un asiento detrás del mío-, así que me mostré alegre y despreocupada, como siempre. Honestamente, debo admitir que sentía un poco –pero solo un poco- de melancolía, porque las despedidas nunca me han gustado, y porque el viaje se había acabado.
Recogimos los coches, paramos en el camino para tomar un café y despedirnos hasta nuevo aviso, porque la mitad del grupo se separaba para volver a casa. Durante ese rato le noté atento a mi, sentado a mi lado, tocando las pulseras de cuero que tenía en la muñeca. Antes de despedirnos, y aprovechando una broma, le dije que, a lo mejor algún día, cuando fuéramos más viejos, igual tendríamos una historia.. Él me respondió rápido, agudo, con un tono aparentemente casual y una sonrisa en la cara.. “No tendré esa suerte, ¿verdad?”
En fin. Me pareció fantástico tener esa química con él (no en el sentido de que me guste, si no porque me pareció, como decimos por aquí, un tío de puta madre, un amigo). Pero para ser sincera, habría deseado que ese comentario viniera de ti. ¡Qué le vamos a hacer, si soy así de egoísta, lo quiero todo para mi! Jajajaja!

Durante el resto del camino recibí un toque tuyo. Un ratito después me estabas enviado un mensaje, preguntándome en tono alegre si estaba bien, porque no te había respondido. Me encantó ese detalle. Nos habíamos despedido apenas unas horas antes y era casi como siguieras aún cerca de mi.. Llegué a casa cansada, con una extraña mezcla de melancolía y felicidad, aunque con una leve sonrisa en la cara. Me preguntaba por todo lo que estaría por venir...

viernes, 24 de abril de 2009

No todo lo que empieza tiene un final..


Diario de un viaje esperado... Dia 5, despedida.

Sonó el despertador y abrí los ojos lentamente. Ya era de día.. Demasiado temprano, habíamos puesto el reloj antes de las 8 y apenas habíamos dormido cuatro horas.. En ese momento me di cuenta de que seguíamos en la misma posición en la que nos habíamos dormido de madrugada. No me habías soltado de tu abrazo, y yo tampoco había hecho ningún esfuerzo para escaparme.
El reloj volvió a sonar y yo volví a pararlo, esta vez con impaciencia. Te dije unos tímidos buenos días, y tú me respondiste tierno, perezoso.
Decidí mandar a la mierda los planes de la mañana (me habías propuesto que diéramos un paseo por Ámsterdam antes de irnos, los dos solos) y quedarme allí contigo.. Se estaba tan bien a tu lado..
Me fui despertando poco a poco y en un momento concreto fui consciente de que (si, podéis reíros!), durante la noche, habías colocado una almohada que había de sobra entre nuestras caderas, de forma que no pudiera volver a pasar lo del día anterior.. Me resultó llamativo, y me pregunté en qué momento lo habrías hecho, porque había dormido tan profundamente que no fui consciente de nada.
A veces, ¿sabes?, me he preguntado si te despertaste en mitad de la noche y aprovechaste para observarme.. Me pregunto si pudiste acariciarme, si pudiste detenerte a saborear el olor de mi pelo o a escuchar el ritmo de mi respiración.. Quién sabe..

De todas formas, me sentía excitada por la forma en la que me tenías abrazada, y decidí darme la vuelta para abrazarte de frente. Tú te quedaste tumbado, boca arriba, mientras yo volcaba una de mis piernas sobre las tuyas y me apoyaba en tu pecho. En un arranque de deseo me estiré como un gato, ronroneando de placer mientras dejaba que notaras la forma de mis pechos clavada en tu piel.. Tú respiración se aceleró con la mía, aunque permaneciste quieto, con los ojos cerrados, acariciándome el brazo sobre el que habías apoyado tu mano.

Las dos horas que transcurrieron a continuación estuvieron llenas de erotismo, de deseo (no sé si a partes iguales, pero deseo al fin y al cabo) de respiraciones agitadas y corazones acelerados.. Pero también de inmovilidad, de temor, de contención...

Comencé a acariciarte lentamente, dejándome llevar por el momento, sin esperar nada.. Salvo llegar a tu boca, debo reconocerlo. Toqué tu rostro de mil formas distintas hasta memorizar el más mínimo detalle: tus ojos, la pequeña cicatriz de tu frente, tu cuello, tu boca.. Jóder, como me gustó que me dejaras acariciar tus labios, largo y tendido! Tú te quedaste inmóvil, aunque cuando te miraba veía como cerrabas los ojos con fuerza, con una contención enorme, y a cada nueva caricia sentía como se aceleraban de forma evidente tu respiración y tu corazón. Así que si, obviamente te gustaba lo que estaba pasando.

Animada por tu respuesta (en tu caso, esto era ya una respuesta!!!) comencé a volcar más deseo en mis caricias, y empecé a besarte suavemente por la cara, hasta bajar al cuello.. Antes de que me diera cuenta había vencido parte de mi cobardía y te estaba mordisqueando la oreja (madre mía, no puedo decirlo de otra forma, te habría devorado allí mismo! Jajaja!). Tú permanecías bloqueado, como si el miedo a perder el control te paralizara, -como ya comenté en alguna ocasión anterior- como el veneno más potente.

Pero estabas sintiendo, y mucho.. Tal vez demasiado.

En diversos momentos volviste el rostro levemente y tus labios se pararon cerca de los míos, pero fui una idiota. Desaproveché la oportunidad de besarte cuando debía haberlo hecho, cuando de alguna manera me lo estabas permitiendo, pero lo intenté después, a destiempo, de forma torpe y desmañada. Y los dos sabemos que, entre nosotros, ciertas cosas llegan cuando tú quieres, no cuando quiero yo.

Así que fracasé. Me quedé de nuevo sin probar tu boca.

A pesar de todo, te dije con voz ronca -como si fueras un adolescente que está descubriendo el sexo-, que respetaría tus tiempos, que seguías gustándome como hombre y que no podía evitar desearte.

Seguimos abrazados durante un rato, mientras tú, egoístamente, disfrutabas de mis caricias. En cierto momento, después de que te hubieras tumbado boca abajo (otra de tus formas de protegerte) bajé con la mano hacia tu cintura, y te toqué con deseo contenido, aunque sin atreverme a bajar la mano de la línea del pantalón. Durante un instante pensé en hacerlo, pero no pude. Te había prometido que no haría nada que pudiera hacerte sentir violento. Si, de nuevo, pensé en ti. Pero también pensé en mi, porque sabía que si intentaba llegar más lejos podías cerrarte en banda.

¿Sabéis? A veces me siento como el tío cuando llegamos a estos puntos de tanta intimidad, y no como la chica. A ti te veo cada vez más como un adolescente asustado, como un hombre lleno de miedo, probablemente por la falta de experiencia, por el miedo a ser comparado, por el miedo a que, al dejar que me fusione con tu cuerpo me quede irremediablemente unida a tu alma.. Y tienes aún tanto temor de que pueda hacerte daño...Pero es que, de hecho, también yo lo tengo! ¿Por qué tiene que ser tan complicado, porqué no me dejas llegar a ti sin exigirme que te entregue mi alma?

¿De verdad tiene que ser todo o nada..?



Terminaré mi historia en cuanta pueda, vale? Quizá luego, o mañana, si puedo. Un abrazo!

miércoles, 22 de abril de 2009

Estás pensando en mi...


Diario de un viaje esperado.. Día 4

Sábado.. Ya queda menos para volver, qué mierda!

Nos levantamos temprano, desayunamos y salimos para buscar al resto del grupo, porque hoy tocaba excursión por algunos pueblos de los alrededores de Amsterdam (Marken, Volendam y otro pequeño pueblecito de cuyo nombre acabo de olvidarme... Uppsss!)
Pasamos el día en ruta, moviéndonos de un sitio a otro y disfrutando de la arquitectura y de los paisajes típicos de la zona. Es un paseo agradable para realizar si se hace una escapada a Amsterdam, aunque alguno de ellos resulta excesivamente turístico.
La jornada fue tan interesante y divertida como las anteriores, aunque en ésta ocasión nuestro tercero en discordia se mantuvo un poco replegado con respecto a los días anteriores. De hecho, me estoy dando cuenta de ello justo ahora, mientras lo escribo.
Tampoco hoy te separaste de mi durante la mayor parte del tiempo. Fue especial que me ayudaras, leyendo con tu divertido acento español (me encanta oirte!)la réplica a las escenas de la obra de teatro en la que ando metida esta temporada.. Volviste a decirme, tal y como me habías comentado antes del viaje, que deseabas venir a ver mi estreno, y en ese momento empecé a darme cuenta de que hablabas totalmente en serio.

Creo que se me tuvo que poner de puro placer y vanidad una cara de boba....! Yo, erre que erre, diciéndote que era una paliza, que no merecía la pena, y tú diciéndome que si, que por supuesto que valía la pena, y que deseabas verme. Y entre cháchara y cháchara para hacerme la dura, hinchándome como un pavo real!. Jaja!

A media tarde volvimos de regreso a Amsterdam, y decidimos descansar un rato antes de volver a salir, ya que queríamos probar la marcha nocturna de la ciudad antes de salir. Nos habían recomendado un local fantástico, y no podíamos irnos sin conocerlo!

Llegamos a la habitación, tranquilos y relajados, y nos tumbamos en la cama a charlar, como tantas otras veces. Es como un ritual, y siempre sucede de la misma forma. Nos echamos sobre la cama, hablamos, y montamos una coreografía de miradas y movimientos que, en cualquier otra circunstancia y con cualquier otro hombre sería el preludio de una buena sesión de sexo. Pero contigo... Ya se sabe!

Tú pusiste un poco de música con tu móvil justo antes de tumbarnos (madre mia, suena como si fuera un estéreo, es increible!).

En un momento de gran proximidad física, estando tumbados mientras nos mirábamos muy de cerca, tuve otro de mis arranques espontáneos de sinceridad y quise decirte algo que había comprendido hace muy poco tiempo, y que deseaba compartir contigo.

Quise decirte que, finalmente, había entendido que llegué a enamorarme de ti. Si, hablé en pasado, y con toda la sinceridad de la que fui capaz de armarme (teniendo en cuenta que exponía totalmente mi alma) te dije que no había sido capaz de verlo antes porque sentía un miedo atroz. Te hablé de forma serena y distendida,alegre, como si me quitara un peso enorme de encima.

Tú me observaste con atención, con ternura y con los ojos llenos, y abiertos de felicidad. Por fin había reconocido que te había amado, no? Qué agradable resulta que alguien a quien quieres te diga una cosa como esa, verdad?

Permanecías callado,tranquilo, sin decir nada, mientras yo te miraba con una sonrisa honesta en la cara y te decía que ahora me sentía tranquila, serena, y que había superado ese sentimiento que me atenazaba y me impedía disfrutar de ti como realmente hubiera querido.

Repentinamente, sin que me lo esperara, te lanzaste hacia mi envolviéndome en un abrazo intenso, intensísimo hasta dejarme sin aliento, y me arrastraste hasta tu pecho, de espaldas a tí, dejando mi rostro sobre el tuyo y mi boca a un paso de tus labios. Me pareció un abrazo increible, tierno, inmenso, eterno.

Y en cierto modo lo fue, porque pasamos así más de una hora, sin que la presión de tu brazo y de tu cuerpo me dejará marchar, hasta que el tiempo se nos echó encima y no quedó más remedio que levantarse de la cama para salir a buscar al resto del grupo.

Como siempre, tú controlabas la situación. Mi pulso se había acelerado a mil, mientras sentía como tu corazón y tu respiración se acompasaban con mi ritmo. Pero mantenías la parte de tu cuerpo que podía traicionarte a distancia... En un momento concreto decidiste pegarte totalmente a mi, y tuve la ocasión de quedarme sin respiración durante una fracción de segundo, mientras notaba de forma evidente que estabas excitado. ¡Madre mia! No sé como no se me paró el corazón allí mismo..!

Tan rápidamente como te habías acercado a mi te separaste, consciente de lo que había pasado. Pero no me soltaste de tu abrazo infinito.

Durante unos instantes conseguí armarme de valor para hablar, aunque solo acerté a decir que lo que sentí por ti me había hecho volverme celosa, y que era un sentimiento al que no estaba acostumbrada, que me había hecho sufrir. Tampoco abriste la boca en esta ocasión, aunque noté como tu abrazo se volvía ligeramente más fuerte.

Sé que a lo largo de aquel fragmento de tarde me dijiste muchas cosas, aunque con tu boca no me dijeras nada..

Yo continuaba tratando de pensar con claridad en ese momento, atenta a tu respiración y al latir acompasado de tu corazón, hasta que comenzaron a sonar las canciones de amor que habías grabado en el móvil, justo en ese preciso momento.

No sé como describir la sensación que me recorrió al escuchar la letra de la primera, mientras la chica que cantaba decía en italiano:

Estas pensando en mi, estás pensando en mi... Dame un beso y dime si todavía hay algo...Me estás tocando, me estás abrazando.. Mi boca está aqui, juega irresistible.. Cierro los ojos y siento tu respiración, tu respiración...

Ufffffffff! Para que os voy a decir como me sentí mientras me abrazaba, al tiempo que la chica que cantaba describía precisamente lo que yo sentía en aquel momento!

Siguieron sonando otras canciones de amor casi tan oportunas como la primera durante el siguiente rato, así que permanecimos los dos en silencio, abrazados.

Si no me derretí en aquel momento tierno, intenso, infinito, fue porque he resultado ser más fuerte de lo que yo creía, chicos.

Tratándose de él puedo deciros que fue mucho, muchísimo. Lo sentí como una declaración de amor.. ¿De qué tipo exactamente? No lo sé, quién sabe contigo...Si de un afecto intensísimo, tierno y dulce como solo tú puedes serlo, aunque continúo sin saber si la parte de amor desinteresado sigue ganando por goleada al amante que se esconde, temeroso, dentro de ti.

Pero al menos esta vez, durante un instante, me dejaste sentir que además del amigo, el hombre estaba también allí abrazándome y rindiéndose ante el deseo.

Salimos con prisa del hotel y nos reunimos con los demás. Cenamos, estuvimos un rato de marcha (y comprobamos que, como de costumbre, hay que fiarse con cuidado de las guias locales, porque tanto el restaurante como la discoteca resultaron ser una mierda). Bailamos juntos, relajados como no lo habíamos hecho antes, y tú aprovechaste para hacerme algunas fotos, mientras nuestro tercer vértice reclamaba de nuevo mi atención y me apartaba sutilmente de ti. Pero esa noche había decidido ser yo misma, y no ser de nadie.

Fue divertido, me dejé llevar por la música y me sentí halagada, feliz y atractiva, embriagada aún por el ritmo de tu respiración mientras fingía que esa noche tú no eras el centro de mi atención.

De regreso, acompañamos al grupo a su hotel, y entonces comenzó a caer una lluvia lenta, pero intensa. Tú pediste un paraguas prestado para llegar hasta nuestro alojamiento, porque nos esperaba una larga caminata. Me abrazaste con fuerza, y regresamos caminando muy lentamente (tú marcaste el ritmo), charlando con ternura sobre muchas cosas. Durante aquel recorrido fue consciente, por primera vez, de lo alto que eras, y así te lo dije. Lo que no te dije, amigo mio, es que me sentí pequeña pequeña entre tus brazos, y que habría deseado que no me soltaras.

Llegamos a la habitación y nos metimos en la cama. Esta noche no hubo distancia entre nosotros. Me atrajiste hasta tí y me abrazaste como habías hecho un rato antes, con tu pecho y tu rostro acoplados a mi espalda.

En ese momento cerré los ojos y dejé que mi cara se llenara con una sonrisa dulce, tierna, boba, a mis más de treinta años, como la de una adolescente que duerme por primera vez junto al chico que le gusta. Al fin y al cabo, podía aprovechar la oscuridad que nos envolvía para hacerlo...

martes, 21 de abril de 2009

Sobre como dormir como un lirón a tu lado


Diario de un viaje esperado.. Terminamos con el día 3

Al llegar al Barrio Rojo, nos sumergimos entre el entramado de calles y callejones que rodean a los canales.
Un pequeño "paraíso del sexo" (lo de paraíso es un decir, la verdad..), lleno de escaparates con mujeres de todas las clases, razas y estilos, embutidas en minúsculos conjuntos de ropa interior, como en un concurso para ver quién ha elegido la pieza de ropa más pequeña y más llamativa.
Durante nuestro particular recorrido, el "tercer vértice" de nuestro triángulo asumió el rol de chistoso, captando las risas y la atención del resto del grupo, mientras jugaba a hacerse el interesante..
En ésta ocasión volviste a separarte, aunque muy sutilmente, de mi, durante parte del trayecto. ¿No hubiera sido natural que permanecieras a mi lado durante todo el rato? ¿Somos amigos, no?
Sin embargo, durante el resto del viaje apenas te despegabas de mi lado. De hecho, si no corrías para sentarte conmigo se adelantaba nuestro tercer vértice, o alguno de los otros chicos del grupo.
Al ver tus fotos, comprobé sorprendida que me habías hecho varias sin que me diera cuenta, aprovechando alguna de las pocas ocasiones en las que no habíamos estado sentados juntos.
Buenooo, vale.. No me enrrollo más.

Volvamos a nuestra visita por el Barrio Rojo.

Particular, desde luego, y curioso observar los rostros de la gente. En especial los de los hombres que entran y salen de las cabinas, o los de aquellos que miran con ojos calculadores y golosos a las chicas..

Después de pasear durante un largo rato y cenar, llegó la hora de volver al hotel. Esta vez dormiríamos los dos solos.
En un momento de vulnerabilidad, mientras caminábamos rezagados del grupo, a solas, decidí comentarte algo referido al pasado que no te había dicho nunca antes. Inmediatamente me di cuenta de que no querías oirlo, porque era algo que te afectaba, y así te lo dije. Me sentí enfadada durante un rato, y , de forma sútil, volví a unirme al grupo y me alejé de ti.
Cuando saludamos al resto para dirigirnos a nuestro hotel caminamos en silencio durante unos minutos. Repentinamente, te giraste hacia mi y con ternura, me pediste perdón, explicándome que sí deseabas escucharme. Gracias a ese pequeño gran esfuerzo tuyo (debo reconocerlo), seguimos conversando y llegamos a nuestro alojamiento tranquilos y relajados.
Subimos a la habitación y abrimos la puerta. No me sorprendió en exceso ver que compatiríamos una cama de matrimonio, como tantas otras veces.. Más bien me sorprendió ver lo pequeña que era ésta vez! Jaja! Iba a ser difícil lo de no rozarse en toda la noche. Aimmss!!!!
Bueno, chicos.. Llegados a este punto que nadie se alarme! Siento deciros que yo estaba muy tranquilita, y que tenía las cosas muy claras. O sea, no esperar ni buscar nada de nada!
Nos duchamos (cada uno por su cuenta, malpensados!), nos metimos en la cama, nos dimos las buenas noches y yo me giré hacia el extremo opuesto de la cama (algo que nunca hacemos) y... Oh, milagro! Dormí larga y profundamente, como un lirón!!!!

Así pues, siento desilusionaros, pero ésta velada terminó con un "apto para todos los públicos" colgado en la puerta, en vez de un "no molestar".! Jajaja!

lunes, 20 de abril de 2009

Hoy toca sexo... pero en escaparates!



Diario de un viaje esperado.. Día 3


Hoy decidimos pasear por el centro de la ciudad, y visitar algunos lugares emblemáticos que aún no conocíamos. La mañana transcurrió tranquila y relajada, en la línea de los días anteriores. Amsterdam es una ciudad preciosa, para disfrutarla a pie o en bicicleta (si es que os atrevéis!! Jajaja!).
A estas alturas era ya obvia la buena conexión que se había establecido entre todos los que viajábamos. Creo que fue un "feeling generalizado" desde el principio!
Yo seguía moviéndome con soltura dentro del grupo, en particular dentro de ese triángulo tan particular que nos habíamos construido. Me sentía llena, feliz, pletórica.!! Por fin volvía a ser la de siempre después de una mala racha tan larga, y tras estos últimos seis meses que se habían convertido para mi en una agonía..
Siempre me he sentido como una persona alegre, vital, llena de entusiasmo por la vida, con ganas de reír y hacer miles de cosas.. Pero durante éste último período me miraba en el espejo y con frecuencia no reconocía a la mujer que veía reflejada en él, triste, apagada y dolida con todo lo que le rodeaba.
Creo que el hecho de volver a encontrarme a mi misma me ayudó a volcar ese reflejo de forma inmediata hacia el exterior, y que tal vez eso me hizo "brillar" como hacía tiempo que no sucedía, porque me había apagado y vuelto del color de la ceniza..

No trato de decir que yo sea una mujer excepcional, simplemente creo que tengo muchas cosas que ofrecer.. Ahora mismo me acuerdo de las palabras de un amigo que siempre me dice "nena, lo tienes todo: eres, guapa, inteligente y con sentido del humor!". Claro que, ahora que lo pienso, tampoco es que sea muy objetivo, porque anda detrás mio desde que nos conocemos! Jajajaja!

En cualquier caso puedo jurar que es cierto; siéntete como una persona interesante y atractiva y los demás verán eso en tí.

Bueno, distracciones aparte, regreso al relato de mi viaje:

Pasamos el resto del día paseando, charlando sobre miles de cosas, riendo hasta no poder más!

Por la tarde, tocaron dos visitas obligadas (y si, estuvimos en algún coffee shop, para qué voy a negarlo! Madre mia, se ven unos porros de un tamaño que te quita hasta el miedo! Jajaja!): Museo del sexo y Barrio Rojo! Tatatachánnnn!!!!

¿No podía ser de otra forma, verdad?

Veamos.. El museo del sexo? Una mezcla curiosa entre arte (poquito), buen gusto (dosificado) y la fotografía pornográfica de peor gusto que puedas imaginarte, todo ello aderezado con algunas notas eróticas, otras picantes y otras -debo admitirlo- decididamente horteras. En cualquier caso, nos sirvió como pretexto para continuar riendo y hacer algunas fotos divertidas durante un rato.

¿Una pequeña nota curiosa..? En cuanto entramos por la puerta te alejaste de mi y seguiste la exposición a tu aire.. No volviste a pegarte a mi hasta la salida.

No lo puedo evitar, sigo teniendo curiosidad por saber lo que hay dentro de esa complicada cabecita tuya!

A continuación nos dirigimos al famoso Barrio Rojo... Pero, un momento..! qué tarde es! Me temo que voy a dejarlo aquí por hoy. Además, ya hablé demasiado.
;-)

No os preocupéis, podéis dormir tranquilos, seguiré con mi diario en cuanto pueda!

To be continued...

domingo, 19 de abril de 2009

Como se forma un triángulo..


Diario de un viaje esperado.. Día 2

Hoy nos levantamos temprano, y tuve la oportunidad de comprobar con una sonrisa en los labios que habías decidido, en efecto, estar a mi lado.. Esta mañana tocaba ronda por los dos principales museos de la ciudad (Rijksmuseum y Van Gogh).

La mañana transcurrió de una forma deliciosa, rodeada de arte y escoltada constantemente por ti y por el otro chico del grupo con el que he conectado tan bien.

Mientras el resto del grupo avanzaba, nosotros tres nos movíamos como parte de una coreografía, quedándonos atrás.. A veces contigo, a veces con él, un rato los tres juntos.. Pasando de una sala a otra mientras me daba cuenta de que los dos buscábais mi compañía, y decidiendo en cada momento con cual de los dos deseaba estar.

Como siempre, hubo algún momento "mimoso" de los tuyos, de esos en los que "le echas cara", me dices que te duele la espalda y me pides que te de un masaje.. !Qué morro tienes cuando quieres, con lo tímido que eres!. Me pregunto si ésta vez fue también una forma de marcar territorio.. ¡Quién sabe a veces con vosotros los hombres!

El día, como todos durante el viaje, estuvo marcado por la risa y la alegría.. Por la tarde, aunque exhaustos, después de una estupenda comida (os recomiendo comer en La Place si visitáis Amsterdam algún día, se puede comer de todo y a buen precio), decidimos pasear por la ciudad y visitar los sitios más emblemáticos (incluido el museo arqueológico, aunque es una visita que resulta prescindible)

Cansados ya, a última hora nos sentamos durante un rato en el borde de uno de los canales, charlando animadamente sobre miles de cosas. Esa noche teníamos una invitación para cenar en casa de una holandesa, una mujer particularísima que vive en una de esas deliciosas casas antiguas (del siglo XVIII) de la ciudad, a la que conocíamos a través de una amiga.

Esta cena fue uno de los momentos más agradables y particulares del viaje... Se trata de una persona espontánea, extravagante, con la que mantuvimos una amena velada en inglés y francés.. Al terminar nos fuimos con ella a un pub vecino, y, para mi sorpresa, entramos por la puerta y se acercaron a mi inmediatamente dos holandeses con intención de ligar. Logré esquivarlos y nos sentamos en una mesa. Pero nada, volvieron a acercarse a mi buscando conversación un par de veces (curioso, visto que estábamos 11 personas en la mesa y 6 eran mujeres jóvenes, y todas guapas, así que había donde elegir). Se ve que este ha sido mi viaje..! ¿Serán las feromonas, que las tenía revolucionadas? Jajajaja!

Llegado un punto, tú que estabas sentado a mi lado, me preguntaste si necesitaba ayuda, y me abrazaste sin que llegara a responderte, en un intento de dejarles claro que estaba contigo.

Me gustó aquel gesto torpe y afectuoso de tu parte. No me he parado a pensar en si tu intención fue puramente la de ayudarme, o si fue también una pequeña demostración de posesión... ¿Quién sabe?

En fin, será el hecho de sentirse atractiva, que hace que los demás te miren de otra forma, yo que sé!

Chicas, de verdad, esto hay que creérselo, os juro que funciona!!!

;-)

A esas alturas empezaba ya a pensar que le había gustado al otro chico. Me pregunto si te darías tú cuenta con la misma rapidez que yo..

Volvimos juntos, como habíamos hecho durante el resto del día, encontrándome entre tí y entre mi otro colega la mayor parte del tiempo. A estas alturas, habíamos establecido ya una especie de triángulo isósceles (recordáis? es uno de esos que tiene dos lados iguales y un tercero diferente, pero triángulo al fin y al cabo).

Antes de llegar al centro tuvimos un rato para charlar a solas, y preparar el traslado al día siguiente. A raíz de un problema con una amiga que debía venir y que se descolgó a última hora, tu habías reservado una habitación doble para las dos últimas noches en otro hotel, y yo debía compartirla contigo.

Es curioso como se aliaron los hados de nuevo. Pensé que evitaría dormir contigo durante un tiempo por aplazar la posible tentación que podía suponer para mi,y como dicen por mi tierra... !que si quieres arroz, Catalina!!. Cuando todo pasó como pasó (que tú te apuntaras dos semanas antes en cuanto te dije que íbamos a Amsterdam, que mi amiga se descolgara y las habitaciones se descuadran 6 días antes de marcharnos...) me dijiste que no tenías tiempo para cambiar la reserva, pero yo si podía anular la mia para poder ayudarte a pagar la doble que habías reservado (a fin de cuentas lo habías hecho por hacernos el favor a nosotros), así que pensé: ¿bueno, qué tengo que perder si ésta vez ya no espero nada y ya no te deseo como antes?

Así que, de nuevo, volviamos a dormir juntos... Madre mia!!!

Por un momento me pregunté si sería capaz esta vez de dormir del tirón sin pasarme la noche atenta a ti, a tu respiración, a tu boca a 5 centímetros de la mía como tantas otras veces, sin atreverme a hacer nada..

Nos despedimos y yo me marché a dormir con el resto del grupo, tranquila, relajada y feliz.

De todas formas, siempre podía darme la vuelta y dormir en el borde de la cama al día siguiente, no? Jaja!

¡Mañana sería otro día!

viernes, 17 de abril de 2009

Midiendo distancias















Diario de un viaje esperado.. Día 1

El viaje de ida en avión hasta Amsterdam, sencillamente genial.. Divertido y ruidoso, como solo podemos serlo un grupo de españoles con ganas de marcha!

Llegamos al aeropuerto y no estabas allí. Había tratado de imaginar tu cara al volver a verme, cuando me vieras tan cambiada y con el pelo largo.. Cuando finalmente nos encontramos me quedé en una esquina, esperando a que todos se saludaran. No tenía prisa para acercarme a ti.

Finalmente nos dimos un abrazo... Torpe, como siempre, de tu parte, pero abrazo al fin y al cabo.

Esa tarde fue un poco extraña. Creo que los dos tratábamos de actuar como si no hubiera pasado nada, como si yo no me hubiera marchado y no hubiera demasiadas cosas que contarse, tratando de conectar sin saber cómo, sin saber lo que esperar el uno del otro.

Al mismo tiempo, me daba cuenta de que había tenido una buena conexión con uno de nuestros compañeros de viaje, amigo de unos amigos, al que conocía poco y con el que he sentido una gran química. Eso me ayudó a relativizar las cosas, a reírme y a sentirme halagada y relajada con sus bromas y con su atención.

Cuanto nos hace sentir atractivas la atención de un hombre que nos parece interesante, ¿verdad?

Así pasaron las primeras horas, conversando contigo sobre cosas insustanciales a ratos, mientras me movía entre el resto del grupo probándote, esperando a que decidieras hacer un esfuerzo por venir a mi lado.

Pronto, demasiado pronto, comenzaste a hacerme algunas fotos.. Yo, como siempre, me sentía perdida y ajena a esa seguridad que siempre vendo. Cuando me enfocas con tu cámara pierdo la confianza en mi misma y siento el deseo de esconderme, de mirar hacia otro lado porque la naturalidad me abandona, y eso se refleja en el papel. Tal vez sea porque desearía estar siempre preciosa para ti. Quizá por eso el momento en el que eres tú quien me hace la foto se vuelve eterno..

Al llegar la noche pudimos hablar durante un rato. Yo hace ya tiempo que me prometí a mi misma ser todo lo honesta y sincera que pudiera contigo.

Al mismo tiempo, aunque sin querer, te puse a prueba, diciéndote que deseaba pasar todo el tiempo que pudiera contigo durante el viaje, ya que podía ver al resto de mis amigos con frecuencia, pero tú estás tan lejos.. Me respondiste con una mirada comprensiva, asintiendo con la cabeza, aunque sin abrir la boca. Tuviste tiempo de demostrarme cual era tu respuesta durante los siguientes días.

Te dije cuanto te había echado de menos, y lo duro que había sido para mi éste periodo. Quitándole importancia, dije también que pensaba que para ti no habría sido lo mismo, que habías conocido a gente nueva, que ahora tenías un grupo de amigos y que, gracias a ello, no me habrías echado de menos. Te dije algunas frases tan estúpidas..! Obviamente no esperaba que me dieras la razón. Esperaba escuchar lo que escuché.

Tu rostro se volvió serio, con un cierto aire de gravedad, mientras me decías casi con enfado que estaba equivocada, y que el hecho de haber conocido a otras personas no te había ayudado a olvidarme, que siempre había estado presente, a tu lado. Habría podido jurar en aquel instante que tus ojos estaban húmedos, y que tuviste que hacer un esfuerzo para no llorar..

La verdad es que en aquel momento estuviste a la altura. Sentí, como he sentido en muchos otros momentos en aquel viaje, lo mucho que te importo. Sentí que me quieres, y pensé que no sabes, o mejor dicho, no quieres, ponerle etiqueta a ese sentimiento.

Esa noche nos despedimos con una sonrisa. Tocaba dormir en grupo y como tú te habías incorporado a última hora, ibas a otra habitación.

El rato antes de ir a dormir, con el resto, fue divertido, genial. Esa noche me dormí rápida y plácidamente, como un bebé.

jueves, 16 de abril de 2009

Mi corazón no sabe lo que sabe..

Por aquí estoy, de vuelta de Amsterdam..

En realidad volví a principios de semana, pero el estrés me deja poco tiempo últimamente para conectarme.

Han pasado unas cuantas cosas durante mi viaje. He vuelto feliz, pletórica, llena por muchos motivos, no solo por él.

Ha sido uno de los mejores viajes de mi vida, he conocido gente estupenda, y me he reído tanto..!

En fin, hay unas cuantas cosas que compartir por aquí, pero iré poco a poco. He vuelto a engancharme a él en cierto sentido, pero creo que he superado mucho de lo que sentía y que todo resulta ahora mucho más sereno.

Os dejo por aquí una canción del último disco de Seal (Soul, 2008), un disco lleno de versiones estupendas, con su particular y sensual voz...

Ya os contaré.

">

lunes, 6 de abril de 2009

Cerrado por vacaciones


Hola, gente!!!

No he parado en todo el fin de semana, y hoy y mañana estaré liadísima dejando trabajo hecho y preparando las cosas para mi viaje, así que no podré asomarme para escribir nada ni (¡por desgracia!) para leer vuestros post.

El miércoles por la mañana salgo hacia Holanda, así que nos veremos por aquí seguramente la semana que viene.

Espero que podáis disfrutar todo lo que podáis de vuestros días de descanso (me temo que precisamente yo no os desearé una buena semana santa, ya que soy un poco “anti”) (en fin, no me lo tengáis en cuenta), que son algo estupendo que nos permite esta dichosa semanita.

Ah! Recordad no aparcar el coche en la trayectoria de ninguna procesión de Semana Santa, que luego se lo lleva la grúa!! (lo sé por experiencia.. Jaja!)

Un abrazo enorme!!!!!!!!!!!!

jueves, 2 de abril de 2009

Historia de un letrero

Conocía la historia, pero no había visto el cortometraje.

Es realmente sencillo, así que no esperéis un prodigio cinematográfico.. De todas formas, vale la pena verlo completo.

Sobre todo, me ha gustado el final, con la música de Cinema Paradiso de fondo.¿O era de El cartero y Pablo Neruda? ¿Alguien se acuerda?

miércoles, 1 de abril de 2009

Historias que vuelven


Ya sé que últimamente ando distraída, dejando por aquí vídeos, entradas sobre música, humor.. Lo cierto es que tengo muchas cosas en las que pensar, y éste período está siendo para mi un poco extraño.

El veintidós de marzo, para ser exactos (es una fecha para no olvidar), y después de hablar con una persona que me hizo ver la importancia de afrontar las cosas y no huir de ellas, decidí volver a hablar con él.

Esperaba una respuesta cauta, reticente, incluso llena de rencor.. Después de todo, yo me había alejado de él por decisión propia, justo en el momento en el que más cerca habíamos estado el uno del otro.

Pero me ha sorprendido con su actitud, quizá demasiado. Aún estoy intentando volver a colocarme en mi sitio, porque no quiero que vuelva a hacerme perder la estabilidad que tanto trabajo me ha costado recuperar.

Al poco de iniciar nuestra primera conversación, tras seis meses de “alejamiento forzoso”, me estaba diciendo lo mucho que había pensado en mi, que me quería, y me estaba preguntando cuando íbamos a volver a vernos..! Jóder, sin casi darme tiempo a respirar!!

A lo largo de éstos días me está llamando un montón de veces por teléfono (le cuesta horrores hablar por teléfono, no le gusta), me escribe, me está demostrando lo mucho que le importo como nunca antes lo había hecho.. Incluso me invitó durante esa primera conversación a ir con él a Berlín en julio.. Después de decirle que no (si, fui capaz de nuevo!), y de contarle que yo ya tenía mis planes para viajar en vacaciones, me preguntó si podía venir conmigo. No fui capaz de decirle que no.

A los cuatro días me estaba diciendo que había pedido las vacaciones para esos días, y me pedía que le confirmara las fechas para comprar el billete de avión.

Madre mía, como decimos por aquí, está disparado!! Tanto, que a falta de dos semanas para viajar a Holanda –le comenté que me marchaba- ha comprado el billete y reservado el hotel para venir conmigo y con mi grupo la próxima semana.

En fin. Todo muy rápido, demasiado rápido, diría yo. Pero, curiosamente, estoy bien. Ya no tengo ninguna expectativa de que sea capaz de tener una relación conmigo. Me dice que me quiere y yo pienso que es cierto, que me quiere mucho, pero que no me ama. Esa es la diferencia.

Me dice que quiere verme, hace un esfuerzo por cuidarme y por tenerme en cuenta como nunca, y yo pienso que, simplemente, se ha dado cuenta de que no le gustó perderme, y de que vale la pena luchar por mi.

Después de todo, ¿somos amigos, no?

Ya no espero nada, y el hecho de no esperar me hace ver las cosas de una forma distinta, clara, realista.

Así que no me preocupo, estoy muy tranquila, incluso serena. Creo que hace tiempo que le bajé del pedestal en el que yo misma le había colocado, y, por ahora, ya no hace latir mi corazón como antes lo hacía.

Esto me recuerda el título de una peli francesa que quiero ver desde hace tiempo: "De latir mi corazón se ha parado"

Ya veremos que sucede cuando le tenga delante de mi... Creo que está superado, pero esa será la prueba de fuego definitiva.

Ya os contaré...