domingo, 25 de enero de 2009
Garage
Durante la última semana he tenido la gran suerte de poder escaparme al cine varias veces. Sobre alguna de las películas que he visto diré que no hay nada especial digno de mención, así que evitaré dejar una entrada por aquí.
He estado pensando un poco sobre lo que hacer con esta, hasta que, finalmente, he decidido sentarme y escribir. Se trata de una película irlandesa (digna representante de un tipo de cine que refleja la miseria y la soledad de la Irlanda más profunda y deprimida, incapaz de hacer algo por cambiar su destino) estrenada en la primavera de 2008, y que ha llegado (en versión original,lo que siempre resulta interesante) al ciclo de cine club universitario.
Es un drama aparentemente cotidiano, con algunos -poquísimos- toques de humor, planos largos, personajes anodinos (como la misma realidad), buena fotografía (no podía ser de otra manera con paisajes irlandeses) y diálogos simples que, de vez en cuando, ponen en las bocas de sus personajes frases que nos impactan por su sencillez, su crudeza y su profundidad.
Como negativo, destacar la lentitud con la que transcurre la historia (no apta para todos los gustos), y un cierto abuso de los planos largos con la pretensión de dotar a los personajes y a las escenas de una profundidad que no siempre se logra. Y por supuesto, la pretensión a todas luces errónea de presentarla como "la nueva revelación del cine irlandés después de Once". Nada que ver, salvo por el hecho de que ambas son irlandesas. ¿El final? Previsible y tan sencillo como la vida del propio protagonista.
No obstante, os invito a verla, aunque no puedo garantizaros el resultado final. Que os guste o no, dependerá de vosotros,y de lo abiertos que estéis al cine europeo más realista y poco comercial del mercado.
">
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario