jueves, 4 de diciembre de 2008
La gata sobre el tejado de zinc
Hace muchos años vi por primera vez "la gata sobre el tejado de zinc". Era una adolescente y me sentí fascinada por el personaje torturado y ambiguo que interpretaba Paul Newman... Era incapaz de entender que pudiera resistirse a los encantos de una mujer como ELisabeth Taylor, que además se pasaba toda la película como una gata en celo, mendigando su atención y su amor de forma desesperada.
Recuerdo, y siempre recordaré al actor guapísimo en esta película, igual que a la protagonista. Me parecía, entre otras cosas, una historia llena de erotismo, de emociones, de deseo a flor de piel por parte de ella y de rechazo por parte de él.
Ahora, volviendo la vista atrás compruebo que me siento como Maggie, tan cerca y tan lejos al mismo tiempo de un hombre confuso, atrapado por su sexualidad y que tengo la certeza de que nunca llegará a ser mio. En la obra original de Tennesse Williams el personaje de Brick (Paul Newman) trata de ocultar su homosexualidad mientras sufre por el amor del amigo muerto. La película obvía este tema.
Tal vez, como me decía ayer mi colega, ese sea tu caso. Tal vez tu bloqueo sexual con las mujeres, como ella decía, te lleve a vivir una homosexualidad tardía, o tal vez seas bisexual (cosa que ella también me planteaba y que yo veo como más plausible). En cualquier caso, no puedo saber con certeza lo que te depara el futuro, ni siquiera lo que te depara el presente.
Pero sé que, aunque yo no soy la gata caliente sobre el tejado que interpretaba la bellísima Elisabeth Taylor, he ronroneado lo suficientemente cerca de ti como para que hubieras deseado hacerme el amor muchas veces. Pero no has sido capaz de hacerlo, y tampoco me has dejado a mi amarte plenamente, ni física ni mentalmente.
Me siento como la gata sobre el tejado de zinc caliente... dolida, y rechazada.
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