lunes, 1 de diciembre de 2008
Serenidad
Ayer tuve el placer de conducir por un puerto de montaña nevado antes de que se cerrara al tráfico. Conduje lentamente, sin prisas, y me dediqué a disfrutar de la blancura espléndida del paisaje todo lo que pude.
Hubo algún momento en el que pensé que podía encontrarme en uno de esos sitios increíbles que aparecen en las fotos de lugares lejanos e inaccesibles..
La estampa era verdaderamente hermosa, y visionar aquel camino lleno de reflejos de un blanco puro y extremo me llenó de una gran paz y de serenidad.
Me sorprende pensar en lo tranquila y feliz que me sentía, ajena a cualquier peligro que pudiera esconderse entre la nieve, sobre la carretera.
Lástima no tener una foto de alguno de los momentos que habría querido que permanecieran congelados en mi imaginación..
Habría deseado conducir por aquel camino hasta llegar a casa, soñando despierta a través de en un lugar que se había convertido al mismo tiempo en nuevo y desconocido, cercano y familiar.
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