
La mía sigue siendo la de siempre, la que guió mis palabras, la que abrió y curó mis heridas en este minúsculo rincón escrito del universo: hermética, silenciosa, rabiosa o contenida... Por ahora, querida idiota, gaviota herida, sigues sin batir tus alas en libertad!
Más Pedro Salinas, compartido con esa pasión hace unos días, mientras pensaba aún que podía volar lejos, muy lejos, sin romperme las alas!
La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: Jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.