martes, 30 de junio de 2009

El sueño del caracol

Hoy toca "mini sesión" de Cinemateka... Para variar, un cortometraje llamado "El sueño del caracol", que Serena me había aconsejado y que deseo compartir con vosotros.

Se trata de una historia sencilla y tierna, aunque triste, con un final conmovedor que invita a realizar una doble lectura:

¿Es preferible conservar en el corazón el hecho de haber amado y soñado, aunque haya sido desde el silencio,o haber luchado por conseguir ese amor para después perderlo?

¿Qué opináis vosotros?

Dura unos 15 minutos, pero vale la pena verlo hasta el final, desde luego.

!Disfrutadlo tanto como yo!

">

Dos destinos

Hoy os dejo por aquí otra canción de un grupo italiano al que ya dediqué otra entrada de mi "Musicateka" hace tiempo(Tiromancino).

Esta canción me encanta. No creo que me canse jamás de escucharla... La conocí también viviendo en Italia, en 2001, y forma parte de la banda sonora de una película estupenda (y que os recomiendo, desde luego!) que se llama "El hada ignorante" (Le fate ignoranti, de mi querido Ferzan Ozpeteck).

Se llama "Due destini" (Dos destinos), y es parte imprescindible de mi particular banda sonora con Mattia (o quizá valdría más decir "partitura", por eso de tanto movimiento! Jaja!). Se la canté tantas veces a lo largo de estos años, aunque él nunca me escuchara hacerlo... Ahora ya no tiene el mismo significado para mi, aunque siga dejándome una pequeña huella en el corazón.

¿Te acuerdas de los días claros del verano, cuando hablábamos entre paseos?
Quédate cerca de mi ahora que tengo miedo, porque en esta prisa todo se consume.
Pero no querría verte cambiar nunca, porque somos dos destinos que se unen
estrechos en un solo instante,
que señalan un recorrido profundísimo dentro de sí mismos,
superando los obstáculos si la vida nos confunde
Solo por intentar ser mejores
Para mirar todavía fuera, para no sentirnos solos.
Y es por eso que te estoy pidiendo
que busques siempre las cosas verdaderas
que nos hacen estar bien,
Pero yo no lo perderé nunca, porque somos dos destinos que se unen,
estrechos en un solo instante, superando los obstáculos
que la vida nos enseña, solo por intentar ser más auténticos,
Para mirar fuera de nosotros, para no sentirnos solos.


">

domingo, 28 de junio de 2009

"A ti"


Hoy toca de nuevo un poco de música... En ésta ocasión el reconvertido en romántico
"Jovanotti", al que conocíamos por éstas tierras en su época gamberra, cuando hacía música de baile de garrafón.

A los treinta y tantos (o cuarenta y pocos, la verdad es que no lo sé) se ha reformado y ha comenzado a crear canciones románticas y hermosas como ésta.

Me encanta,y me gustan tanto la música como la letra.

Os deseo un domingo estupendo!!!

"A te"

A ti que eres la única en el mundo,
la única razón para llegar hasta el fondo
de cada respiración mía...
Cuando te miro, después de un día lleno de palabras,
sin que tú me digas nada
todo resulta claro.

A ti que me has encontrado
en el rincón con los puños cerrados,
con mi espalda contra el muro
preparado para defenderme.
Con los ojos bajados,
estaba en fila con los desilusionados
Me has recogido como a un gato y me has llevado contigo
A ti te canto una canción
porque no tengo nada más
Nada mejor que ofrecerte
de entre todo lo que tengo
Coge mi tiempo y la magia
que con un solo salto nos hace volar en el aire
como burbujas
A ti que existes
Que simplemente eres
sustancia de mis días… Sustancia de mis días
A ti que eres mi gran amor
y mi amor más grande
A ti que has tomado mi vida
y has hecho mucho más
A ti que has dado sentido al tiempo sin medirlo
A ti que eres mi gran amor
y mi amor más grande
A ti que te he visto llorar en mi mano
tan frágil que podía matarte apretándote un poco
Y también te he visto
con la fuerza de un aeroplano
Coger con la mano tu vida
y arrastrarla a salvo
A ti que me has enseñado los sueños
y el arte de la aventura
También en el miedo
A ti que eres la mejor cosa que me haya sucedido nunca
A ti que cambias todos los días y eres siempre la misma
A ti que existes, que simplemente eres
sustancia de mis días, sustancia de mis días

A ti que no te gustas nunca
y eres una maravilla
Las fuerzas de la naturaleza se concentran en ti,
que eres una roca, una planta, un huracán
Eres el horizonte que me acoge cuando me alejo
A ti que eres la única amiga que puedo tener
El único amor que querría
si no te tuviera conmigo
A ti que has hecho mi vida bellísima, que consigues convertir la fatiga en un inmenso placer,
A ti que eres mi gran amor y mi amor más grande
A ti que has tomado mi vida y has hecho mucho más,
A ti que has dado sentido al tiempo sin medirlo,
A ti que eres mi gran amor y el amor más grande,
A ti que, simplemente, eres sustancia de mis días, sustancia de mis sueños…
A ti que simplemente, eres compañera de mis días… sustancia de mis sueños…


">

viernes, 26 de junio de 2009

Conversaciones


22/06/09

Hablamos a través del messenger por la noche, mientras Mattia salía del trabajo y llegaba a casa (ventajas de tener un móvil superpijo con conexión a internet).

Me sorprendió un poco la forma en la que respondió cuando le comenté que había discutido con Fabio, incluso habría comprendido (supuestamente, si no siente nada por mi debería defender o apoyar a Fabio, no?) que empatizara más con él que conmigo (a fin de cuentas, le estaba diciendo que Fabio me quiere con locura y que yo me voy alejando de él...). Incluso habló de "chantajes emocionales"! (Pero quién ha hablado de chantajes emocionales!?!?! Yo nunca!) Pero de nuevo, terminé de hablar con él y me sentí tranquila, serena. Me hice a mi misma solo las preguntas justas.

Yo: Hola!
M: Hola! Finalmente he terminado! :-)
Yo: Como es que has salido tan tarde del trabajo?
M: Debía terminar un trabajo. Mañana vuelvo a la otra sede, la que está lejísimos.
Yo:Pero volver tiene cosas buenas, no? Estar con tus colegas…
M:En cualquier caso no me puedo quejar del horario, y me dejan hacer lo que quiero. Además, nadie me ha obligado, ha sido una elección mía.
Yo: Entonces si lo has decidido tú es bueno, no?
M: Allí soy bastante independiente... He llegado a la estación de Trastevere.
Yo: La puedo ver en mi cabecita, la estoy imaginando.
M:Si quieres, puedes verla
Yo: Una foto? Genial (Hace una foto y me la manda)
M:Entonces, qué me dices sobre las vacaciones?
Yo:Veamos.. No hay mucho nuevo que contar (le cuento los planes que tenemos), no creo que cerremos el recorrido antes de final de semana.
M:Veré qué vuelos puedo encontrar (él va primero a Berlín con unos compañeros, así que se reunirá con nosotros en Francia directamente desde allí)
Yo:Volvemos antes de lo que pensaba, así que podrías volver A Roma para trabajar algún día antes de agosto, o bajar con nosotros hasta aquí y volver después a casa. Piénsalo y ya me responderás.
M:Ok, me lo pienso, pq es un poco complicado por los días.
Yo: Entonces vuelve a Roma cuando salgamos nosotros, podemos dejarte en Barcelona.En agosto los planes son… (le cuento los planes y fechas de agosto).
M: De dónde salís para ir a Francia?
Yo: De mi ciudad, creo.
M: Necesito un poco de tiempo para organizarlo todo.
Yo: Claro. :-)
M: Escucha, ceno algo y pruebo a buscar aviones o tren. Te digo lo que sea en cuanto pueda.
Yo: Ok. Yo estoy muy cansada, ayer fue un día un poco malo y querría dormir.
M: Hay varias posibilidades en relación al viaje.
Yo:Ajá. Dime, te escucho.
M:¿Pq fue un día malo?
Yo: Decías que hay varias posibilidades.
M: Si, tipo volver con vosotros en julio o partir de España juntos en agosto
Yo: Ok. Cierto, tienes mucho que pensar.
Yo: Pero por desgracia no tengo muchos días. Me gustaría poder quedarme desde julio hasta finales de agosto.
Yo: Lo sé, es demasiado bueno estar de vacaciones.De todas formas vas también a Berlín, y estás viajando mucho. Eso es bueno, no?
M: Si, claro. Y también fui a Ámsterdam.Lo sé, pero no me basta nunca. :-)
Yo: Te falta viajar los fines de semana en Italia, quizá podrías hacerlo con tus colegas de vez en cuando.
M: Si, cierto, alguna cosa haré.
Yo: Si, sería genial para ti.
M:Entonces, decías que ayer fue un mal día? Por qué? Te cansaste mucho...? Si, me gustaría viajar un poco por Italia. Pero no me has respondido.
Yo: Lo sé.
M:Si no te apetece no pasa nada. De hecho, perdona si he insistido.
Yo: No pasa nada.
M:Si no te apetece hablar no debería forzarte. Si quieres hablamos en los próximos días.
Yo: Cierto, esto lo has aprendido bien conmigo :-P
M:Ya te diré lo que decida.
Yo:Es solo que dormí poco esta noche. (Vaale, está bien, decido hablar un ratito!)
M: Cierto. Fuiste a tu ciudad.
Yo:Al volver tuve que visitar al marido de una compañera en el hospital, había sufrido un ataque al corazón. Y llegué a casa cansadísima.
M: Lo siento.
Yo: Está bien, no estoy muy preocupada. Quizá es solo que necesitaba hablar un poco ayer por la noche, me sentía triste, es todo.Pero hoy estoy bien, solo un poco cansada. Tuve una conversación un poco triste, también dura, con Fabio, y no me sentía demasiado bien. Pero es mi problema.
M:Lo siento.
Yo:Yo lo siento por él, merece mucho y no siempre consigo dárselo… Así que nada que pueda interesarte..
M: Cada uno hace sus elecciones.
Yo: ?
M: En el sentido de que si él está contigo es porque en cualquier caso te quiere por lo que puedes darle.
Yo: O quizá me quiere y piensa que no le queda otra. De todas formas es algo sutil, quizá sea más como sentir que se da cuenta de que una parte de mi no estaba con él.
M: Si, pero tu no deberías sentirte culpable.
Yo: ¿Pq no? Me quiere demasiado, y vale demasiado. Ha luchado mucho por mi, por los dos.
M: Pero debe ser un intercambio libre, sin chantajes emocionales...
Perdona, no conozco bien lo que hay entre vosotros, y quizá no debería decirte nada.
Yo:A veces se vuelve un poco egoísta dejarse querer así. No te preocupes, quizá sea el momento para cambiar muchas cosas, para alejarme de todo aquello que me ata. Soy consciente de que ha habido un punto de inflexión muy grande para mi durante las últimas semanas. Y creo que es bueno para mi.
M: ¿No te sientes libre como querrías? Claro, hasta el punto en que podemos ser libres…
Yo: No. Me siento atada a muchas cosas. Lo primero de todo a mi misma.
M:A ti misma? En qué sentido? A la idea que tienes de ti? Te sientes egoísta?
Yo: Si, me siento egoísta, así que he decidido dejar ir cosas que no quería dejar ir. Ahora, por primera vez en mucho tiempo, soy capaz de parar mi cabeza, de decir “basta”. Por primera vez soy capaz de desear cosas que hasta ahora me hacían daño.
M: Qué es lo que te hacía daño? Quieres decir cosas que te hacían sentir culpable?
Yo: No. Cosas que no me dejaban ser feliz.Me hacían infeliz mi egoísmo, sentir celos, el hecho de querer algunas cosas de forma egoísta, sin mirar de verdad desde el corazón.
M: Si, pero no entiendo. Desear cosas que te hacían daño?!?
Yo: No. No era capaz de desear ciertas cosas (para otras personas), pq si hubieran sucedido me habrían hecho daño a mi, o al menos eso era lo que creía.
M: Es un cambio positivo, te sientes ahora más serena…
Yo: Si.
M: Sin embargo ahora te sientes libre de desearlas y no probar el deseo de “poseerlas”
Yo: No sé si entiendo bien el sentido de ésta frase.
(Pasan dos o tres minutos y no me responde)
M: No querría aburrirte, creo que he entendido lo que querías decir.
Yo; No sé si he entendido bien, pero si, quizá sea que ahora miro desde el corazón y no siento ese deseo egoísta de obtener lo que quiero, y que soy capaz de dejarlo marchar.
M:Ahora te dejo descansar.
Yo: Ok
M:Pero a veces creo que es un modo de llenar el sentimiento de soledad que sentimos.
Yo: Puede ser, quién sabe.
M: Si estamos bien con nosotros mismos se vuelve más fácil.
Yo: Puede ser un modo de crear cosas que no son reales, quizá. (A estas alturas era ya tardísimo y yo también me caía de sueño) Bueno, volvemos a hablar pronto, esto se ha vuelto un poco aburrido y estamos cansados! :-P
Buenas noches!!
M: Buenas nocheeeeeeeeessss!!!!

Preguntarse por qué...

Buenos días!!

Seguimos con éste pequeño paréntesis "emocional".

Me conecto cinco minutos para dejaros otra canción de Sud sound System. Se llama "chiedersi come mai" (preguntarse por qué). Tienen canciones mucho más marchosas que ésta que me encantan, pero no he podido encontrarlas en el dichoso youtube (o tenían muy baja calidad).

Ésta es ún poco lenta, pero no está nada mal. Es una colaboración con Neffa, un cantante muy conocido en Italia.

Ya me diréis si os gusta este cambio de estilo del grupo.

">

miércoles, 24 de junio de 2009

Me basta el sol

"Me basta lu sule"

Seguimos con un poco de música desconocida por estas tierras, para compartir y descubrir, haciendo un pequeño "paréntesis emocional" en mi historia. :-)

Ayer rescaté un cd entre el montón de discos que se amontona en mi mesa. Hacía varios meses que no lo escuchaba. Para ser más exactos, desde agosto del año pasado, cuando lo tuve puesto en el coche, de viaje, conduciendo por tierras andaluzas con Mattia sentado a mi lado. Pero no dejé de escucharlo por eso.

No es un grupo que él me descubriera, es un grupo que adoran otros amigos que viven en Roma. Por alguna razón, olvidé el cd durante este tiempo y no recordé que lo tenía hasta ahora. Tal vez por que lo había asociado a él, quién sabe...

Se trata de un grupo llamado "Sud sound system", procedente de Salento (sur de Italia), que canta en su dialecto de origen y que hace música reggae. Así pues, no tratéis de entender las letras, no cantan en italiano (aunque como dialecto tenga mucho que ver)...

A mi me gustan muchas de sus canciones, transmiten vitalidad, optimismo y amor por la tierra y por las raíces. Esta, en particular, es una de mis favoritas, y un homenaje al sol y a la vida. Os la dejo en versión original y en directo, para que podáis decidir cual de las dos os gusta más.

Son muy, muy particulares (y originales!).

">

">

lunes, 22 de junio de 2009

Un punto de inflexión (II)


Jueves 18 de junio.

Por la noche. En el messenger.


Yo: Hola! Estás en casa?
M: Estoy con el móvil. Si, acabo de volver, he ido a estudiar a casa de mi amigo de la universidad.
Yo:Ok. Pensaba que igual habías hecho algo interesante. Gracias por salir. Estaba convencida de que no te conectarías.
M: ??? Quería responder a tu e-mail con más calma.
Yo: No lo sé, no te habías hecho sentir mucho esta semana… Pensaba que igual estabas molesto conmigo.
M: Pero al final siempre espero demasiado. Lo voy dejando siempre. Es una característica mía que no va bien.
Yo:Bueno, antes de que vinieras habías conseguido ser bastante rápido a la hora de responder.
M:No estoy molesto contigo, te lo he dicho.
Yo: No sé, las cosas pueden cambiar de un día para otro, no? (retomando sus propias palabras)
M: Depende también del período, en éstos días he estado muy ocupado en el trabajo.
Yo: Ok.
M: Y hacía tiempo que no iba a estudiar con mi amigo, me ha llamado y me disgustaba la idea de no ir.
Yo: En cualquier caso, no sabía qué pensar. Primero la conversación de la semana pasada, después me haces llegar ese sms el domingo, y luego desapareces de nuevo. Boh!
M: Lo sé, de vez en cuando entro en letargo. Me doy cuenta de que puede parecer indiferencia, o que me haya enfadado con la gente, pero no es así.
Yo: (mira que hacer preocuparse a los amigos y después entrar en letargo quizá no sea lo mejor…) Lo pasaste bien en el concierto de los Depeche Mode?
M: El concierto estuvo bien, el estadio estaba llenísimo.
Yo: Yo fui a ver a Plácido Domingo el mismo día. Muy diferente, ciertamente, pero fue un concierto precioso… Escucha, en relación a lo que dices, quizá deberías pensar un poco en como pueda sentirse la otra persona. ¿Qué pensarías si yo no respondiese a tus e-mails, si pensaras que me encuentro mal y no diera señales de vida (ya sé que siempre estoy disponible para todos, a veces demasiado)? (y eso me hace esperar lo mismo de los demás, soy un poco idiota en este sentido).
M: Te lo he dicho, no quería responderte con prisas.
Yo: Si, lo he entendido, pero esa no era mi pregunta, bobo! ¿Tenías algo importante que decirme?
M: Hoy estaba particularmente ocupado, pero en cualquier caso no doy respuestas apresuradas. Quizá estoy un poco más pensativo de lo habitual.
Yo: ¿Estás bien, te ha sucedido algo? Pareces muy serio.
M: Ahora mismo solo estoy cansado. Sobre las vacaciones te diré algo en cuanto sepa del trabajo.
Yo: Sabes? El domingo me quedé un poco sorprendida. Pero luego comprendí que te gusta viajar, y que el hecho de no venir se te podía hacer duro.
M: Pues si.
Yo: Puedo imaginar que para ti haya sido dura la lucha entre el deseo de hacer el viaje y la necesidad de alejarte de mi…. ¿Era esto lo que te hacía daño?
M: Me disgustaba la idea de no compartir esta experiencia juntos.
Yo: ¿Te he hecho sentir tan mal?
M: ¿porqué me lo preguntas?
Yo: Te pregunto si te he hecho sentir mal cuando viniste, y después cuando hablamos elm artes, hasta el punto de que te plantearas no venir… ¿Te sentiste tan mal hasta el punto de sentirte así de dividido?
M: Digamos que es un poco complicado, y no pq me haya sentido mal. Y no es que me haya sentido mal, o al menos no más que de costumbre. (¿?????) :-P
Yo: Madre mía, qué malo eres conmigo! :-P Ahora si que no entiendo que no quisieras venir, bobo! Dices que no te sentías mal… Te gusta tenerme en espera, eh? :-P Chico vanidoso…Entonces quieres venir, pero piensas que al mismo tiempo te haría daño? Pues mira que he dejado de ser peligrosa…
M: No es pq me haga daño. Digamos que quería dejarte tranquila.
Yo: En cualquier caso si es por mi deberías dejar de preocuparte, si tratas de ser siempre claro no me harás daño.
M: Si, he comprendido que quieres claridad.
Yo: Bueno, creo que he comprendido que somos amigos y basta, soy cabezota, no imbécil, bobo! :-P Sabes? También yo estoy hecha polvo hoy después del viaje.
M: Haces bien en buscarla.
Yo: Lo sé. He vuelto un poco desanimada.
M: ¿Quieres decir después de que me fuera de España?
Yo: Me refiero al viaje de hoy.
M: ¿Estás triste? ¿Pq?
Yo: Es una historia un poco larga. Digamos que tendré que hacerme más pruebas.
M: ¿Hay algo que no va?
Yo: Hay algo que no va desde hace tiempo, pero quizá por fin ahora tendré alguna respuesta. Es algo que me hace sentir triste y enfadada.
M: Lo siento, si estuviera allí te abrazaría.
Yo: Me hace sentir rabia, creo que las cosas a veces no son justas.Gracias.
M: Por desgracia a veces tenemos que hacer un esfuerzo por mirar hacia otra parte Yo: Es una cosa absurdamente cruel. Me hace sentir como si portara una tara dentro de mi. Pero por ahora está controlado. Perdona, no quería decirte nada, para no hacerte preocupar. Por ahora tendrás que seguir soportándome.
M: No te preocupes, faltaría más!
Yo: Tengo la confianza de que no se complicará.
M: Haces bien.
Yo: Aunque ha habido un momento en el que el doctor me ha hecho un comentario un poco desafortunado. Ha dicho: madre mía, pq estas cosas le pasan siempre a los más jóvenes?En español diría que lo que me pasa es una putada, pero espero que se quede así, como una putada y basta. Pero es genial poder sentirse sano, pensar que todo va bien.No te preocupes, no tienes que decir nada, solo necesitaba hablar y sentirme escuchada durante un rato. Y en cualquier caso la mAlice que tu conoces y que tu quieres no ha cambiado y no cambiará por ahora. No es nada grave.
M: Te escucho voluntario, me gustaría estar allí contigo.
Yo: Lo se.Bueno, en realidad debo sentirme agradecida pq es lo que es y no otra cosa, y la vida puede continuar, aunque ciertas cosas nunca serán iguales. Pero al mismo tiempo no puedo evitar pensar que sigue sin ser justo. Uffff… Perdóname si parezco un poco confusa, pero esta historia me hace vivir sentimientos encontrados. Me hace llorar de frustración. Me hace sentir vacía.
M: No tienes que disculparte por nada.
Yo: Lo sé. Me disculpo quizá conmigo misma. Mañana será otro día e intentaré no acordarme demasiado, como he hecho otras veces.
M: Es normal sentir emociones diversas.
Yo: De todas formas creo que soy positiva a la hora de no pensar en algo peor. A eso no le doy cabida, desde luego. Pero hoy es un día para quejarme, para preguntar pq nadie se dio cuenta antes de que la historia avanzaba y me dieron a entender que estaba estabilizado.
M: Haces bien en sacar tus emociones, también las negativas. No te preocupes.
Yo: Al final siempre me vuelvo pesada, madre mía. También conmigo misma.
M: Para muchas cosas haces bien, te admiro por eso.
Yo: No deberías, no es nada especial. Es normal luchar por lo que se quiere, no?
M: No creas.
Yo: Debería ser lo normal. Cierto que no siempre lo hacemos con todo, pero se debe luchar por las cosas que se quieren realmente de corazón.
M: No todos tienen tu fuerza a la hora de alcanzar lo que desean.
Yo: Pero para mi no es una fuerza, es normal. Quiero ser feliz! De hecho, con frecuencia me siento tan egoísta….
M: Haces bien, deberíamos hacerlo todos, también yo.
Yo: ¿Y pq no lo haces?
M: No lo sé, quizá una parte de mi sigue siendo todavía un niño indefenso.
Yo: Pero esa niña también está dentro de mi. Y sufre tanto, tan a menudo… Ahora mismo no comprende pq le han pasado tantas cosas feas. Aunque la mujer, al mismo tiempo le dice: pero mira, también hay muchas cosas por las que sentirse agradecido! Y la niña responde: pq tenía el derecho de ser feliz, a no sentir dolor, a que ninguno me hiciera daño, a estar sana… Yo también me siento como tú, te entiendo bien.
M: De todas formas intento salir de mi rinconcito, aunque todavía vuelvo a él con frecuencia.
Yo: Si, pero vas saliendo! Fuerza. Si te quedas en él nunca serás feliz, si sales a veces te harán daño, pero otras muchas conseguirás ser feliz. Vivir es un riesgo cada día, no crees? Es mejor vivir y sufrir que no vivir. Por lo menos es lo que yo pienso. Tú también eres una persona llena de pasión, lucha por vivir la vida plenamente. :-)
M: Lo intentaré.
Yo: Tienes mucho que dar, pero lo debes dejar salir más libremente. Despacio, cierto… Te he dicho en otras ocasiones que después de conocerte, inmediatamente, he comprendido que tenías mucho dentro para dar, que querías vivir.
M: Te doy las gracias por tus palabras, intentaré hacerlo lo mejor posible.
Yo: Pero al final estas son solo palabras. Eres tú el que tiene las llaves de su vida. Termino con este discurso… Gracias por escucharme.
M: Lo sé, pero haces bien en insistir. Lo aprecio.
Yo: Deseo que las personas que quiero sean felices. Elige un pequeño objetivo cada día, cualquier cosa pequeña para hacer o decir, no lo sé…
M: Me gustaría mimarte un poco.
Yo: Elige. ¿Mimarme? (no conocía esta palabra “coccolarmi” cuando la escribió, hasta que la miré al día siguiente en el diccionario)
M: Si, estrecharte entre mis brazos y acariciarte.
Yo: No te preocupes, me siento mejor. Deberías hacerlo pq quisieras, no por mi. Pero gracias, de verdad.
M: Lo haría porque me apetece, y pq me sentiría bien.
Yo: Ok. Gracias por haberte conectado, me habría sentido mal si no hubieras salido para hablar conmigo. Pero lo has hecho, y eso es lo que cuenta.
M: Figúrate, quizá he sido un poco egoísta al no responderte, y cuando he visto tu sms he comprendido que querias hablar de verdad, y me habría sentido mal de no haberme conectado.
Yo: Quizá podrías hacer algo tipo: hola, te respondo cuando pueda! No lo sé.. Para mi sería mucho. Me sucede con la gente en general, me hace sentir mal si veo que tardan en responderme. Es la niña que hay dentro de mi.Gracias por mimarme un poco...
M: Figúrate, también me gusta a mi.
Yo: Ahora te dejo ir, eres libre como un pájaro! Es tardísimo y los dos estamos muy cansados. ¿Buenas noches?
M: Cuando quieras unos mimos házmelo saber.
Yo: ¿A través de aquí? Un poco complicado, no? Ummm…
M: Bueno, tú tienes mucha imaginación, no?
Yo: Y tú?
M: También.
Yo: Buenas noches!
M: Buenas noches!


Mattia y yo estuvimos hablando durante un par de horas, hasta bien entrada la noche. Me pareció una conversación cercana y tierna, ya que los dos fuimos capaces de bajar defensas. Yo hablé sobre el tema de mis pruebas por que necesitaba desahogarme (tal vez lo hice de forma un tanto impulsiva, aunque os aseguro que no era mi intención llamar su atención, si no hablar con un buen amigo sobre como me sentía). Y de hecho, no esperaba que reaccionara de esa forma tan tierna... Me sorprendió gratamente y consiguió que mi corazón volviera a latir con más fuerza al decirme que deseaba tenerme entre sus brazos y acariciarme. Por fortuna, fui capaz de recolocarme rápidamente y controlar mis emociones, porque de no hacerlo así habría vuelto a pensar que era una declaración de amor. Y no es así, no tiene por qué ser así. Debo quedarme con la idea de que me quiere mucho, y basta, nada de pájaros en la cabeza.

Durante esta conversación se produjo un cambio de inflexión fundamental en mi, tal y como comenté en otra entrada. Por primera vez, después de tantos años, fui capaz de sentir desde el corazón el deseo de que Mattia viviera y fuera feliz con otra mujer, incluso a costa de mi dolor (aunque tuviera que tratarse de esa compañera suya que tantos celos me provoca, que así sea).

Soy consciente de que estoy modificando y controlando muchos pensamientos que antes era incapaz de detener, pero también me doy cuenta de que me queda camino por recorrer. Por ahora, tendréis que seguir soportando que a veces sienta celos, pero ya soy capaz de desear que Mattia sea feliz sin mi, a pesar de ellos.

Para mi, eso es ya tanto...

domingo, 21 de junio de 2009

Un punto de inflexión


Jueves, 18 de junio.

Por la mañana.


Hoy salgo de viaje para hacerme unas pruebas médicas. Nada que por el momento -o al menos a corto plazo, eso creo... Mala hierba nunca muere!- vaya a matarme, pero que me provoca un dolor (a veces solo emocional, a veces también físico) profundo... Decido enviarle un mail a Mattia, y de forma un tanto impulsiva, ya que no le había contado nada al respecto -y no quería- le dejo caer también ésto y le doy a "enviar".


Buenos días!

¿Cómo va mi escritor favorito?
(forma "medio" sutil de recordarle el tema de la carta que ha prometido enviarme)
Madre mía, estoy hecha polvo… Ayer volví a casa a la 1:30, y desde la semana pasada en realidad no me he acostado antes de esa hora!
Estos están siendo días de mar y música, mucha música. He descubierto algunos grupos que no conocía, y que me han gustado. Hoy iré a ver a uno de los mejores violinistas del mundo (le he visto tocar ya en un par de ocasiones, y es fantástico!). Junio es un mes lleno de vida en esta ciudad.
Me imagino que tú también estarás haciendo un montón de cosas interesantes en estos días, ya me contarás cuando te apetezca hablar un ratito (sonrisa).
Ayer intenté mandarte las primeras fotos que hiciste en el ensayo general de la obra, pero el envío se interrumpió a final de la mañana, así que he decidido enviártelas en dos veces.
Comprendo que te pueda hacer sentir mal no hacer este bellísimo viaje (ir a Francia, figúrate, sobre todo sabiendo cuanto has deseado ir desde siempre!), y que quieras estar también con nuestros amigos. Al mismo tiempo me hace sentir un poco triste pensar que una parte de ti no quiere venir, y que sea precisamente por mi… Pero me apetece pensar simplemente que estaremos todos juntos. Empezaremos a buscar alojamiento la semana que viene, ya te avisaré.
(Aquí decidí retomar el tema del mensaje que me había enviado el domingo anterior, en el que me decía que pensar en no hacer el viaje le destrozaba el corazón... Chicos, las mujeres a veces somos muy complicadas, y buscamos la forma de plantearos las cosas de forma que no os ofendan, tanteando para ver qué decis. A veces, también esperamos, simplemente, que tengáis el sentido común de decirnos que lo que estamos afirmando no es cierto, pq no deja de ser una parida soltada con la esperanza de que os dejéis ver).

Dentro de un par de horas salgo de viaje. Me han conseguido una cita con un medico estupendo para hacerme algunas pruebas, y debo ir y volver en el día fuera de la provincia, así que me parece que hoy terminaré la jornada hecha polvo.
Hablamos!!
(Bien. Un tema del que jamás le había contado nada. Veremos como reacciona. No quiero preocuparle, en serio, pero me preguntaba si mostraría un mínimo de interés por mi...)


Volví al final de la tarde, y aunque hecha polvo (por el cansacio y por las pruebas), me marché al concierto. Regresé temprano a casa, abrí mi correo y ví (desilusión tamaño XXL) que Mattia no me había respondido. A veces esa "tranquilidad" suya a la hora de responder me desarma tanto! Vale, sospecho que le fastidiaba un poco ver que no me he quedado en casa destrozada y que estaba haciendo un montón de cosas interesantes éstos días (después del sms que me había enviado), pero le había dicho que iba a hacerme unas pruebas médicas a otra ciudad y no me había contestado, joer.

Pues a cabezota gano yo. No estaba cabreada, solo un poco desilusionada, pero de todas formas decidí darle una oportunidad y explicarle que su lentitud al responderme me hace sentir mal cuando le necesito. Así que le envié un sms con una sonrisa y un toque para conectarnos un rato (convencida de que no me respondería).

Para mi sorpresa, y a pesar de no apostar mucho por ello, se conectó para hablar conmigo a los 10 minutos.

Continuará...

viernes, 19 de junio de 2009

"Para no pensar"

Hoy toca de nuevo un poco de música, un grupo peculiar (e interesante) que hacen un directo fresco, y muy, muy divertido.

Ha sido uno de los descubrimientos de la semana. Tal vez no sea una música que os guste, no lo sé. Creo que incluso a mi no me habría llegado tanto si no les hubiese visto actuar...

Se llaman “Maui y los sirénidos” (si, como suena), y llegan desde mi queridísima Granada. ¿Su estilo? Una mezcla -¡a veces particularísima!- de flamenco, latin jazz, rock, funk.... Y una puesta en escena teatral y con muchos guiños (la cantante es todo un personaje, y otra teatrera como yo, de primera!).

Las letras tampoco tienen desperdicio, algunas dan que pensar (como ésta, paradójicamente!). Podéis descargaros gratuitamente sus dos discos en la página web del grupo: www.mauiylossirenidos.es/

Os dejo el video de “Para no pensar”. De camino, me sirve de recordatorio y de consejo “psicologucho de mochila” para vosotros. ¡Hala, cada uno (y una) a buscar buenas excusas para no pensar en nada este fin de semana!!!!

“Para no pensar en nada, lo suyo es tirar piedras al río... Para no pensar en nada, yo suelo cantar y bailar... ¿Qué haces tú?

">

jueves, 18 de junio de 2009

I can´t get you out of my head

Buenos días!

He decidido robar un ratito para dejar una entrada con “ritmo”, aunque extra lento. Lo estuve pensando mejor y decidí que no me apetecía dejaros un par de días con el mal sabor en la boca de tanto malentendido y tanta hipermegaentrada...

Ésta es la canción que escuchamos juntos el sábado por la noche, antes de marcharnos, y que Mattia buscó en cuanto llegó a Roma para enviármela la mañana del lunes. También fue el origen de toda la movida de los últimos días... Pero a pesar de ello, me quedo con el lado positivo y simple: una versión sensual y particular de una canción de Kilye Minogue interpretada por Helena Noguerra, una ex modelo, presentadora, actriz y cantante (hala, ésta mujer lo quiere to´!) belga de origen portugués que me ha gustado descubrir.

Se llama “I can´t get you out of my head”. “No puedo sacarte de mi cabeza”.

Siento que el video no sea lo suyo... Jajaja! Se ve que lo editó algún fan un poco “obsesivo” de Kirsten Dunst! Este youtube... :-)

">

miércoles, 17 de junio de 2009

Malentendidos (IV)


Jueves 11 de junio

Vuelvo a mandarle un correo a Mattia (si, ya sé que soy una pesadita y que me enrrollo como una persiana cuando escribo, pero es que soy extremadamente cabezota!) :-P

¡Hola!

He entendido que no estás molesto conmigo, pero eso no quiere decir que no haya sido pesada y te haya hecho sentir presionado. Quizá por eso dices que necesitas meter espacio entre nosotros, ¿no? (Pq otra razón si no, so petardo?). En ese sentido, puedo asegurarte que no buscaré la cercanía física que ha habido entre nosotros ésta vez, y te dejaré en paz, bobo! (smile con lengua).

Además, al final no alquilaremos la autocaravana, y me imagino que te parecía un espacio demasiado íntimo y pequeño, creo que iremos tipo albergue. Por ahora somos 4, y sabes que también a mis amigos les gustaría que vinieras (en realidad a mi mejor amiga, aunque le aprecia, últimamente le están viniendo ganas de mandarlo a la mierda por como actúa conmigo y por lo pesada q yo me pongo con el tema!). Sé que soy insistente (si, chicos, soy pesadita, verdad? Pero me jodía que fuese él quién decidiera no venir, no podía permitir que me lo hiciera, habría dolido demasiado después de todo lo q ha pasado... Encima!!!!), pero hace ya meses que tú insistías en venir, así que me parece un poco triste que al final no nos veamos el mes que viene. Me faltaría poder decirte “bobo” un par de veces a la cara! (sonrisa)

Yo me sentí mal ayer por el malentendido que hubo entre nosotros. Pero he comprendido bien que somos solo amigos, así que intentaré no presionarte en un sentido físico. Se que es algo que te hace sentir agobiado (en realidad no me lo creo ni yo, no soy ninguna acosadora, pero tengo que decirle lo que él quiere oír), y además, no creo que esta vez estemos a solas, así que mejor, no?.

De hecho, te pido que no me respondas ahora. Deja pasar algún día y piensa en que será una oportunidad para estar con los amigos. Sé que ahora todo está demasiado reciente, y que piensas que si volvemos a vernos volveré a hacerlo (mentira, esta no es la razón, estás cagado, pero eso no puedo decírtelo a la cara!). Si al final ves que tampoco puedes por tu trabajo, que sea entonces por ésta razón. Pero decide con la cabeza clara, vale? (y no con un ataque de tres pares de cojones pq te insinué q podía volver a marcharme)

Sabes que lo paso bien contigo, aunque a veces hayamos pasado algún momento complicado, y me gustaría disfrutar de esos días de julio también en tu compañía (pelota que soy cuando quiero conseguir algo!). Y sería fantástico que vinieras tb en agosto al otro viaje, como me habías dicho.

¿Sabes qué? También me sentiría fatal si mi mejor amiga me dijese ahora que no venía al viaje (totalmente cierto, me dolería igualmente o más que cualquiera de mis amigos se desmarcara). Es normal querer estar con las personas que quieres, ¿no crees?

Siento saber que quizá no trabajes más con tus colegas, pero creo que después de todo este tiempo serás capaz de mantener la relación con ellos, y eso es bueno, no? (sobre todo sabiendo que las relaciones se te dan tan bien como a un matojo del desierto en época de sequía, y pensando en las lagartonas que te andan siempre merodeando... No puedo evitarlo, éste Mattia me saca hasta la vena celosa!) (lo siento, chicos, permitidme ser irónica, aunque sin mala intención, ya sabéis que le quiero demasiado).

Me alegro de saber que has retomado la carta que comenzaste a escribirme, y estoy segura de que eso te ayudará, y de que nos ayudará a los dos. Tómate el tiempo que necesites (pa´que le diría esto, por diosss, es capaz de enviármela cuando se jubile!!).

Ahora te dejo, salgo esta noche. La jornada ha sido tranquila, espero pasarlo bien ahora! Te gustaría mucho ver lo que voy a ver, estoy segura. Ya te contaré.

Te quiero, bobo! (Nos decimos mucho `bobo´ y `boba´ el uno al otro en tono afectuoso)


Pasa el día y no me responde. Pero a éstas alturas no solo no me importa ya, si no que, además, era lo que esperaba. Le he dicho que se tome unos días para pensar, no? Lo chungo sería que me hubiera respondido inmediatamente.

Viernes 12 de junio

Mattia se asoma por el chat para decirme hola, dejándome muy sorprendida (lo hacía meditando en su “celda”, alejado de mi unos días). Me pregunta qué es lo que fui a ver y se lo explico (un espectáculo made in “Bollywood” que resultó realmente divertido y curioso de ver), y rápidamente, sin venir a cuento, me dice que esa misma mañana ha comprado entradas para tres conciertos (de grupos que me gustan, jodío!), y que va a comprar para otros dos.

Me recuerda que el martes va a ver a los Depeche mode y que dentro de una semana (esto lo mete con calzador pq no viene a cuento todavía) irá a ver su querida compi Gabriela (hala, este nombre lo digo pq me da la gana, que le tengo una manía q no puedo con ella!) y a sus amigas bailar danza del vientre (me carcomen los celos como legiones de termitas recorriendo mi estómago, pero pongo cara de “aquí no pasa nada” y le respondo, no sin cierta sutil ironía. Es que siempre está dejando caer cuanto le mola ver a una mujer bailar danza del vientre, y con la lagarta esta rondándole siempre... Nada, q me hace sentir como una cría boba de 15 años, y yo entrando como una idiota en su juego infantil) (Y que conste que yo jamás le hablo de Fabio, evitamos siempre el tema. Yo no le cuento y él no me pregunta).

Después de restregarme alegremente en la cara todo lo que va a hacer yo le comento que también haré muchas cosas éstos días, pero sin entrar en detalles, me saluda y se va. Hala!

A las 10 de la noche (le seguía haciendo apartado, dejando espacio para pensar), me da un toque al móvil, cosa q vuelve a sorprenderme.

Sábado 13 de junio

Yo a mi bola y él a la suya, hasta que me da por mirar el móvil a las tantas al terminar de mi concierto, y veo que me ha dado otro toque. Esto empieza a resultarme ya un tanto desconcertante, pq tampoco lo esperaba.

Domingo 14 de junio

Estoy a punto de irme a la cama y recibo un mensaje en el móvil. Curioseo para ver de quién se trata, y veo que es suyo... Ufffff!!! Lo abro (son 3 mensajes, en realidad) un poco asustadilla, y leo lo siguiente:

¡Hola! Como va? He pensado en el hecho de ir a Francia este verano, y estaba convencido de que habría sido mejor no ir, y de hecho quizá lo pienso todavía ahora... Pero ese pensamiento me destroza el corazón... Me provoca un dolor casi físico... Así que si me permiten marcharme en el trabajo nos veremos en julio, si no, en agosto. Te deseo una buena noche!

Tras un rato de cavilaciones (estado de shock incluido) decidí responderle con un mensaje un tanto neutro, en el que le digo que comprendo lo que siente (aunque en realidad no sé que puñetas tiene en la cabeza!), y que piense en lo positivo, que es la idea de estar juntos.

Esa noche tardé en dormirme, pa´que voy a negarlo, estuve dándole vueltas a aquel maldito mensaje durante un buen rato... “me destroza el corazón... dolor casi físico...”.

Me preguntaba pq me decía aquello, y qué pretendía conseguir realmente, pq va y viene -moviendo ficha- y no sé donde, ni en qué punto del tablero, decidirá quedarse parado finalmente.

martes, 16 de junio de 2009

Incomprensiones (III)


Miércoles 10 de junio.

Después de mucho pensar, vuelvo a tener claro que Mattia, por desgracia, no tiene los recursos que yo tengo, y que, de nuevo, debo ser yo la que haga un pequeño esfuerzo. Por otra parte -debo reconocerlo-, me siento hecha polvo ante la posibilidad de que no venga finalmente de viaje con nosotros este verano. Decido dejar a un lado mi orgullo y enviarle un correo en un tono cercano y afectuoso, dejando por primera vez a un lado los reproches y las preguntas.

Al mismo tiempo, decido actuar de forma distinta a lo que él está acostumbrado (no enfadándome y mostrándome tranquila, paciente), tanto por que lo necesito así como para esperar su reacción.


¡Buenos días!

Me parece que ayer por la noche nos dijimos cosas que no queríamos decirnos (por lo menos yo). Intenté enviarte un sms ayer por la noche después de hablar, pero quizá no te llegó.

Al final dices que tú eres un desastre y yo digo de nuevo que lo soy yo. De verdad, he valorado el hecho de que hayas sido capaz de hablar el fin de semana, lo sé que para ti ha sido mucho. Así que al final, he sido de nuevo yo la que ha intentado hacerte hablar más cuando tú estabas haciendo un esfuerzo, y te he hecho sentir presionado como otras veces.

Cuando te pregunté si venías todavía en julio no pensé que quizá el momento recordaba demasiado a aquel de septiembre, cuando te dije que no iría contigo a París. Pero ahora no te lo decía en ese sentido, esta vez solo quería saber si aún deseabas venir, y te lo he preguntado con una sonrisa en la cara.

Obviamente esperaba un si, pero probablemente tu has pensado que la situación fuera la misma de septiembre y has tenido dudas... Así que me dijiste que quizás no debías venir. Eso me hizo sentir mal, y reaccioné de esa forma. Lo siento.

No comprendí que después de decirte que ya no sentía lo mismo por ti pudieras decirme que no venías, así que me quedé un poco sorprendida. Tal vez sea por que no me quieres creer -por el hecho de que insista tanto con mis preguntas-, pero debes entender que es mi forma de ser, que intentaba todavía comprenderte en algunos sentidos. Pero creo que debo entender también que no elegí el modo justo para hacerlo.

Demasiadas preguntas, cierto! Y parece que no pararé nunca (sonrisa), madre mía! Pero debes pensar que ayer era todavía martes, que habían pasado dos días y que los dos teníamos muchas emociones en la cabeza.

Me parece que ayer dije algunas cosas de las que me arrepiento, tengo que hacer memoria por que estaba un poco cansada. Pero querría quedarme con la sensación de que nos queremos y de que solo ha sido un malentendido, nada más.

Por mi parte, intentaré no hacerte tantas preguntas (creo que te hacen sentir mal, en tensión, más de lo que pensaba, y creo que esto he comenzado a comprenderlo de verdad ahora), y tú trata de no pensar todo el tiempo que eres un desastre, piensa que has hecho bien muchas cosas, y piensa en cuanto han cambiado (positivamente) las cosas entre nosotros. Cada vez se vuelve menos complejo...

Cierto que ésta vez ha habido algún momento difícil (sobre todo por la cercanía física), alguna duda, pero hemos intentado hablar, y eso es bueno.

Después de que hayas sido claro (cosa diversa del hecho de no haber hablado demasiado, dado que has sido claro en relación a tus sentimientos) hablando y “no hablando” (me has dicho algo que necesitaba oír, aunque no hayas podido decirme el por qué) sobre el hecho de que no querías tener nada conmigo lo he entendido finalmente. Quizá a veces voy despacio y necesito algo de tiempo para dejar de pensar ciertas cosas.

Te dije ayer por la noche que quería hacer el recorrido que me falta juntos. Si nos alejamos de nuevo, si no nos vemos, probablemente no terminaré de hacerlo y cuando volviéramos a vernos todo podría volver atrás. Pero me sentí mal y te hice pensar que si me decías que no venías yo me iría de nuevo. Como de costumbre, como ya me conoces, has intentado adelantarte y me has dicho que necesitabas tiempo.

Pero sé que quieres estar conmigo, sé que me quieres. Hagamos este recorrido juntos, veámonos este verano. Será una prueba importante para mi, para comprender si soy capaz de no hacerte más preguntas y dejar de esperar nada en ningún sentido de ti, salvo como amigo.

No quiero que me respondas ahora por que estás dolido, y sé que cuando estas así necesitas tiempo para aclararte un poco. Pero piensa que todo ha cambiado desde que me fui y volví. Date cuenta de que despacio, las cosas han cambiado: primero deseaba tu corazón, después de volver no te pedí nada –aunque aún me sentía un poco confusa-, y al final he buscado solo tus caricias. Pero ya está todo claro, así que no esperaré nada más, aunque aún tendré que trabajar con esa parte de mi que se siente atraída por ti.

Me pregunto si tienes miedo de hacerme daño, si es tu miedo a sufrir, o si simplemente no quieres que yo vuelva a acercarme a ti y volver a hacerte tantas preguntas.. Pero en cualquier caso, he tratado de mantener un control y darte tu espacio, algo que has visto el sábado y el domingo, antes de marcharte. Y cada vez lo hago y lo haré en mayor medida. He cometido errores, cierto, pero por que no me has dado respuestas y yo he intentado saber más, sin respetar el hecho de que no te sentías preparado.

Siento haberte hecho pensar que no puedes ser afectuoso conmigo sin hacerme pensar mal,por que no es así. El hecho de hablar contigo ayer me ha hecho comprender algunas cosas positivas para mi. Has sido tan claro que no creo que vuelva a tener más dudas, me quieres y solamente has sido dulce y afectuoso conmigo. No tengas miedo de no serlo más, éste ha sido un gran punto de inflexión, ahora solo falta que pase un poco de tiempo.

Te mando la música y a las fotos que te había prometido, pero por que iba a hacerlo de todas formas, no pienses nada extraño.

A partir de ahora podremos hablar sobre cosas que no sean importantes, verás como consigo hacerlo sin hacerte tantas preguntas personales. Ten un poco de paciencia, vale? Se que no eres una persona rencorosa y que serás capaz de hacerlo.

Y mira que ésta vez no te he preguntado apenas nada, eh? (sonrisa), con lo pesada que yo soy...

De nuevo, gracias por el esfuerzo por intentar ser claro. Me doy cuenta del trabajo que te ha costado decir esas palabras el sábado por la mañana.

Espero tu respuesta sobre las vacaciones, todavía hay puesto para ti.
Un abrazo fuerte
.


A primera hora de la tarde recibo su respuesta. La leo, respiro hondo y decido no ponerme como un basilísco. Total, si no sabe lo que quiere y yo ya estoy cansada. Me planteo no volver a preguntarme nada, seguro que me saldrá por los cerros de Úbeda con su "honestidad"...


El mensaje me llegó anoche. Por desgracia, no he sido claro contigo (QUEEEE????? AHORA ME VIENES CON ESAS??? POR QUE ESO ES LO QUE SIEMPRE HE PENSADO YO, SOLO QUE JODÍA QUE LO NEGARAS), las cosas son un poco más complicadas, y por supuesto no estoy molesto contigo (sonrisa). Intentaré responderte más honestamente pronto, quizá haga como tú y te escriba una carta, no lo sé... Nos sentimos! Ciao!

Vuelvo a hacer gala de una paciencia infinita y le respondo, ganándome una parcela en el cielo (si es que existe):

¡Hola!

Ok, dices que no has sido claro conmigo y que las cosas son más complicadas... No te preocupes, comprendo que a veces cuesta muchísimo hablar y que las cosas no son tan simples como yo quiero hacerlas ver a veces. En cualquier caso me alegro de que no estés molesto, y espero que todavía podamos vernos este verano.

Te agradezco el que desees ser honesto, sea sobre la cosa que sea.

Creo que si, que será una buena idea escribir una carta, por que te ayudará a decirme todo lo que quieres decirme con tiempo para meditar, sin olvidar nada importante y sin interrupciones. Además, creo que me ayudará a comprenderte mejor.

Te hará bien. A menudo, hacer salir las palabras del corazón ayuda a aligerar la carga que llevamos dentro de nosotros.

Te espero, entonces. Buenas noches!

Tvb (ti voglio bene: te quiero)



A la mañana siguiente recibo a su vez su "contrarespuesta" (Menudo lío a éstas alturas, jaja!):

Buenos días. Claro que no estoy enfadado contigo! Comprendo que quieres claridad y no creo que hayas sido dura (hombre, eso ya lo sabía yo!). He vuelto a retomar la carta que había iniciado a escribir poco antes de ir a España en respuesta a la tuya. No creo que consiga dar respuesta a todas tus preguntas, pero sí de dar un poco de luz.

Para el verano no sé lo que haré, creo que en cualquier caso no iré, creo que lo necesito (lo necesitas??? Para qué??? Duele ponerte como una moto y no desahogarte o qué puñetas??). Además, con el trabajo no sé si podré en julio. Aquí están intentando reorganizar las cosas y quizá no trabaje más como consulente para esta empresa. Por un lado me vendría bien, por que sabes que está lejísimos, pero por otro me daría pena, por los colegas.
Ahora te dejo, te deseo una agradable (o por lo menos tranquila) jornada. Nos sentimos!
CiaoOOOOOOOOO!!!

TVTB
(Ti voglio ¿troppo? Bene: TE QUIERO DEMASIADO) (es la única palabra, junto con “tanto” que encaja en estas iniciales).
(smile con guiño)

¿Y ahora qué? ¿Me dice que me quiere demasiado? ¿Qué hago yo, le mato... O le mato???

Por momentos se me iba poniendo la cara de los niños mutantes de San Ildefonso... ¿De qué vas, tronco?

lunes, 15 de junio de 2009

Tears in heaven


Ésta vez voy a dejar una entrada breve, un pequeño paréntesis para escuchar una canción que me ha gustado desde siempre, y que me ha hecho emocionarme como pocas...

Sirva como homenaje para todas las personas que queremos, y que se marcharon de nuestro lado para no volver jamás.

Yo no sé si creo ya en el cielo, por que me volví demasiado incrédula, pero me gusta pensar que nuestra alma, o espíritu, esencia o energía -o como queramos llamarlo- permanece de alguna forma cuando abandonamos nuestro envoltorio carnal. La energía no se destruye,dicen, solo se transforma. Y nosotros, al fin y al cabo, somos también eso, energía.

Esta canción va para ti, preciosa, aunque sé que no necesitas los subtítulos (y que son de relativa calidad),incluyo una versión para que los profanos que no hablan inglés puedan entenderla...

">

Malentendidos (II)


Martes 9 de junio

Recibo un correo de Mattia a media mañana en el que me envía un enlace para descargarme un cd que le dije que deseaba el fin de semana. Nada más.

A media tarde me llega otro e-mail breve, muy breve:

Tienes razón, debería dejarte en paz...

Decido llamarle por teléfono para que me aclare el tono de su comentario, y hablar con él. Me dice que está bien, y aunque parece titubear un poco, accede a quedar para chatear un rato por la noche.

La conversación no tiene desperdicio (tanto por su parte como por la mía):

Yo: Hola!
M: Perdóname, en el e-mail que te he mandado no he sido claro, quería decir dejarte en paz en el sentido de que no habría debido enviarte un mensaje que pudiera tener otro significado después de lo que nos habíamos dicho, no quería ser sarcástico. :-)
Yo: Si, pero hablas de dejarme en paz y suena un poco fuerte…
M:Pero no era mi intención, quería dejarte tranquila en ese sentido.
YO:¿Pero de verdad no has pensado en nada cuando me has enviado ese correo, de verdad no has pensado que quizá no era el título justo, y las palabras justas cuando te he dicho tantas veces que me haces sentir confusa con frecuencia?
M: En realidad es lo que he hecho con otras canciones que te he enviado, te he mandado el asunto y la traducción del título. Es cierto que de alguna forma lo he pensado, pero la idea era transmitirte las palabras de la canción.
Yo: Ok. Eso es lo que te había preguntado, quería saber que no lo habías hecho por ninguna razón en particular.
M: Sobre las vacaciones, mañana hablo con mi colega y te hago saber con certeza.


(Llegados a este punto yo me sentí un poco “tocada”, por que hasta el fin de semana era seguro y no necesitaba hablar con nadie sobre las vacaciones). A pesar de ello, opté por disimular:

Yo: Si tienes problemas no te preocupes.
M: Perdóname de nuevo.
Yo: ¿Porqué?
M:Por el e-mail.
Yo: No te preocupes, es solo que necesito que seas muy claro, te he dicho que todavía me gustas, y a veces me cuesta trabajo entender que puedas no sentir lo mismo que he sentido yo. ¿Cuándo me has dicho que te disgustaba el hecho de no haber estado más abierto a qué te referías?
M:Bueno, digamos que no habíamos hablado libremente como tú esperabas, no?
Yo:Ok. Necesitaba, necesito, claridad.
M: Si, esto lo he entendido perfectamente, lo has hecho exponiéndote mucho, y espero no haberte hecho demasiado daño con mi comportamiento. Lo he entendido muy bien…
Yo: ¿Con tu comportamiento cuando?
M:Por el hecho de no hablar abiertamente y mandarte correos que pudieran hacerte pensar ciertas cosas.
Yo: Escucha, ¿Cuándo me abrazaste en Amsterdarm, después de decirte que había estado enamorada de ti, pero que ya no lo sentía así, lo hiciste por que te sentías aliviado? O sentías pena, o dolor por mi y querías consolarme?
M:Ni por alivio, ni por pena, si no por que me disgustaba escuchar que habías pasado un momento difícil y me apetecía abrazarte.
Yo: Ok. Gracias por la respuesta.
M: Cierto, abrazarte por alivio sería extraño.
Yo: En un cierto sentido no, en el sentido de decir: bien, ahora que no sientes nada por mi me siento más tranquilo y te abrazo.
M: No lo sé, pero en cualquier caso no fue por eso. En realidad en aquel momento no te creí demasiado cuando me dijiste que no sentías nada más por mi.
Yo: Sin embargo yo lo sentía así. Lo que había sentido por ti se había hecho mucho menos fuerte.
M: Está bien…
Yo: No habría regresado si no fuera así. Me gustas todavía mucho, siento algo de confusión, pero creo que ahora es sobre todo algo físico, además de que te quiera como amigo.
No eres ya el centro de mi vida, aunque aún ocupes un poco de espacio. Si hubiera sido así no habría tenido el orgullo de alejarme de ti este fin de semana, de decirte buenas noches, girarme y dormir, y de no tocarte más aunque me hubiera gustado. Me gustas aún, eso no lo puedo negar, visto que me he acercado tanto a ti y te he hecho sentir cosas que no querías sentir conmigo… Pero, ¿sabes? El deseo no es algo exclusivo al amor.
M: Me has preguntado si sentí alivio en Amsterdam y te he dicho que no lo sentía, quizá por que no te creía, pero quizá me equivocaba.
Yo: Quizá no. Yo no te habría tocado entonces si tú no me hubieras abrazado. No te lo digo para hacerte sentir culpable, si no para hacerte ver que había cambiado. Que he cambiado. EL otro día te he dicho que algo se ha apagado dentro de mi, y hablaba en serio, aunque ésta maldita confusión que siento dentro de mi todavía no me deja escapar del todo.
Al final, dejaste que te tocara el fin de semana por…? ¿Solamente por que es placentero dejarse tocar por una mujer en ese sentido? Me cuesta trabajo entender que cualquier otro hombre me habría hecho el amor sin pensarlo, aunque no estuviera enamorado de mi. Siempre pensé que yo era el problema, en el sentido de que siempre pensé que tú siempre habías buscado una mujer a la que mirar,y que si hubiese sido así conmigo las cosas habrían sido diferentes..
M: Por ahora te quiero como amiga y me he equivocado al dejarte pensar otra cosa.
Yo:Te has equivocado al no ser claro conmigo.
¿Porqué dices siempre “por ahora”????? Parece como si pudiera cambiar en cualquier momento, y los sentimientos no se crean, no se eligen. Dime de una vez: “escucha, te quiero como amigo, aunque me pareces atractiva e inteligente no siento nada por ti, y basta. Quizá a veces me he excitado (pero por que soy un hombre y la carne es débil, pero nada más, me habría pasado con cualquier otra mujer tan insistente como tú)”
¿No crees que si después de tantos años no sientes nada por mi es el momento de dejar de decir “por ahora”?
M: Cierto, los sentimientos no se crean, pero cambian en el tiempo, así que lo que se siente un día por una persona podría ser diverso el año sucesivo. A veces incluso un sentimiento puede convertirse en el opuesto.
Yo: Yo no creo que tu me querrás en ese sentido. Si no ha sucedido cuando me perdiste, no creo que suceda nunca. Pero al mismo tiempo una parte de mi no consigue dejar de desearlo todavía. Yo también me siento confusa, sabes? El sábado por la mañana llegué a sentir miedo de que me dijeras que me querías.
M: ¿Miedo porqué?
Yo:Miedo de muchas cosas. Por que no quería hacerte daño, por que no era lo que quería escuchar, por que creo que para llegar a ese punto dos personas deben antes conocerse más íntimamente. Quizá por eso no he querido nunca admitirlo, por que pensaba que no estaba enamorada del Mattia real. Por que creo que la intimidad y el sexo son dos cosas importantes cuando se tiene 30 años. Se conoce a la otra persona, se le besa, se le acaricia, se hace el amor…Primero solemos decir: me gustas… Y cuando estamos seguros llega el “te amo”..
M: He entendido lo que quieres decir, pero en cualquier caso no creo que puedan darse definiciones o límites.
Yo: ¿Cómo podía asegurarte que no te haría daño sin saber con certeza lo que sentía por ti? Contigo tengo la impresión de que debe ser todo… O nada. Parece que tendría que quererte durante mucho tiempo, y esperar hasta que te sientas seguro y decidas si me amas o no, cuando yo solamente quería ir despacio y saber solo si te gustaba, no si estabas enamorado de mi. ¿Nunca has estado con una mujer por la que hayas sentido solo atracción? ¿Has sentido siempre la necesidad de sentir que estabas enamorado de una mujer para besarla?
Vamos, no te he preguntado nada demasiado complejo. :-) Y necesito respuestas. Sé cuanto trabajo te cuesta, pero lo necesito.
M: No creo que debas esperar a nadie. Por ahora quiero que seas mi amiga, ¿qué importancia tiene si besaría o no a alguien del quién no esté enamorado?
Yo: Me serviría para comprender que tu rechazo no era dirigido a mi, si te sucedería con cualquier otra mujer. Pero creo que jamás entenderás lo importante que es saberlo para mi. Déjalo estar…
Es solo que me cuesta tanto entender que te pueda parecer atractiva, que puedas sentir tanto por mi pero que al mismo tiempo no quieras llegar a más en un sentido físico (pero hasta un cierto punto si, eso si) Y no es por que me sienta irresistible, si no porque entre dos personas que comparten tanto como nosotros resulta fácil que surjan la atracción y el deseo.
M: Lo que quería decir es que por ahora me interesa solo ser tu amigo, y que lo demás no debería importarte tanto.
Yo: Uff… Tantos hombres a mi alrededor con los que podría tener algo, que no tendrían problemas para enrrollarse conmigo e yo como una estúpida, deseando hacerlo solo contigo. Si, soy una estúpida. Masoquista, en realidad. Quizá por eso necesito que seas claro, duro conmigo, para encontrar el modo de odiarte en ese sentido y tener una razón para no desearte más. Pero no me lo permites…
M:Escucha, me disgusta no darte las respuestas que querías. Quizá algún día sea más fácil.
Yo: Podrías tenerme como amiga y no perder mi amor en ese sentido.
M: Lo siento, lo que yo quiero es que estés tranquila y seas feliz.
Yo: Pero creo que en realidad deseas tenerme en todos los sentidos, pero a una cierta distancia.
M:Estoy cansado, seguimos hablando en otro momento?

(Llegados a este punto yo deseaba terminar la conversación)

Yo: Quieres mi afecto incondicional por que te hace sentir especial, y no te gusta oirlo. Por lo menos has sido honesto a la hora de decirme que me quieres como amigo, y al menos esto me sirve. No te preocupes, ahora que lo se tendré más cuidado para no entenderte mal y estaré más tranquila.
M: Soy un desastre, lo siento.
Yo: ¿Tú eres un desastre? ¿Y yo que soy?
M:Tú no eres un desastre.
YO: ¿No? No me hagas reír…! Escucha, quieres venir todavía de viaje en julio después de ésta conversación?
M:¿Eres un desastre por que buscas lo que deseas?
Yo: No sería capaz de estar cerca de ti si sintiera aún algo fortísimo. ¿Quieres venir todavía o no? (obviamente yo esperaba que me dijera que si)
M:¿Ir contigo en julio? Me gustaría mucho, pero quizá sería mejor que no… No lo sé, no lo sé, no lo sé..
Yo:(Sintiéndome dolida) De acuerdo, pensaba que podía ser un modo de estar cerca de ti y comprobar que dejaba de sentir, como me pasó el domingo.. Dejarlo como una prueba. Pero decide libremente, y entonces yo también tomaré una decisión (llegados a este punto sé que sonó a amenaza de marcharme de nuevo). No quiero presionar a nadie, y tengo claro cual es la mejor forma de no hacerlo. Buenas noches, entonces, yo también tengo mucho en lo que pensar y sobre lo que decidir (esto se estaba pareciendo demasiado a la conversación en la que me marché, en septiembre!)
No dices nada?
M: Quizá sea mejor que no vaya, podemos continuar hablando o escribiéndonos, esta vez soy yo el que necesita tiempo (estoy convencida de que pensaba que yo estaba dispuesta a marcharme de nuevo y se estaba adelantando).
Yo: ¿Es tu última respuesta o quieres pensarlo bien?
Entonces te haré llegar la música y las fotos que te había prometido (Amenaza por mi parte, lo reconozco, de largarme de nuevo con viento fresco).


Terminé de decir esto y se desconectó inmediatamente, sin decir nada. Yo me quedé hecha polvo, sin saber como habíamos llegado a aquel punto, por qué le había hecho pensar que volvería a marcharme y por qué él había respondido tan rápido anticipándose…

Así, le dejé unas últimas palabras en el Chat, para que las leyera al volver a conectarse:

No quiero irme, no me dejes irme. Te odiaré esta vez si me dejas marchar. ¿Por fin estabas empezando a ser claro, porqué actúas así? Todo esto me hace tanto daño….

domingo, 14 de junio de 2009

Malentendidos (I)


Lunes, 8 de junio de 2009

Abro mi correo a media tarde y me encuentro el siguiente mensaje de Mattia:

Asunto: No consigo...

Lo abro, un tanto expectante, y leo lo siguiente:

... sacarte de mi cabeza... Creo que es ésta la versión que escuchamos el otro día (en Málaga,el sábado por la noche). No ha sido fácil encontrarla. Hay versiones para todos los gustos: Coldplay, U2, incluso Carmen Consoli! Te mando también las fotos que nos hicimos ayer. Qué rollo volver al trabajo! Habría querido hacer muchas más cosas, pero tendrá que ser en otra ocasión. Siento no haber sido "abierto" como esperabas,y sobre todo como merecías... Espero poder darte más en un futuro.
Un abrazo fuerte!

...
Every night, every day
Just to be there in your arms
Won't you stay
Won't you then stay forever
And ever and ever and ever

La la la la la la la la
...

CiaoOOOOOOOOOOO!!!!!




Llegados a éste punto yo me cabreo de lo lindo... ¿Por qué hace el jueguecito con el título de la canción (como tantas otras veces ha hecho y que tanto me descoloca) después de todo lo que ha pasado el fin de semana!! ¿Es que es así de tonto o es que se lo hace, por dios??? De todas formas, decido tranquilizarme, y con buen tono y sin rencor, le respondo con el siguiente correo:

Hola!

No consigo sacarte de mi cabeza… ¿No tienes miedo de que yo pueda pensar que me lo estás diciendo de verdad si lo escribes así? Hace algún tiempo quería pensarlo así cuando leía éstas cosas, cuando me enviabas un texto, cuando estando a mi lado cantabas una canción que dijera algo que para mi tenía significado. Incluso en Ámsterdam, aunque no quería pensarlo más, cuando estábamos en el aeropuerto, o con los e-mails o los mensajes que me enviabas de vez en cuando, también últimamente.

Mi cabeza decía que no, pero una parte de mi quería creer que era un modo de decirme que sentías algo por mi, aunque no supieras lo que era…

Intentaré no buscar más significados que no hay en tus palabras. Quizá sea esto lo más simple, no hacerme más preguntas y no ver nada más que la letra de una canción cuando me la mandas. Estate tranquilo. (Sonrisa).

En cualquier caso, ha sido una bonita sorpresa que me hayas enviado la canción, yo no sabía ni siquiera por donde empezar a buscar. (sonrisa)

Y si, cierto que habría sido genial haber hecho muchas más cosas, me ha faltado ir al cine, bailar un poco de salsa… Quizá debería intentar hacerlo pronto.

¿Cuándo dices “abierto” te refieres al hecho de no haber hablado mucho, o te refieres a “otra cosa”? No quiero entender nada equivocado. Y Cuando dices “espero poder darte más en un futuro” a qué te refieres? ¿Que esperas hablar conmigo y contarme más cosas sobre ti, o que esperas “darme más cosas”? (sonrisa) Prefiero usar un poco el sentido del humor, aunque me parezca una cosa seria.

Si, más preguntas, madre mía! Parece que no pararé nunca, verdad? Pero es lo que hace falta cuando dos personas comparten muchas emociones, afecto y tantas cosas, como sucede entre nosotros…

No te hablo con ironia (soy pesada con esto, lo se, pero no quiero que lo puedas pensar), te pregunto con ingenuidad, hablando desde la necesidad de entenderte bien, de tenerlo todo claro y no confundirme más con aquello que me quieres decir. No quiero más dudas entre nosotros. Sé que harás un esfuerzo por ser más claro cada vez, y te lo agradezco, también por el hecho de que te das cuenta de que lo puedes hacer de otra forma, que yo lo necesito así. En cualquier caso, comprendo que tienes un bloqueo grandísimo…

Me gustaría tanto poder ayudarte! Pero no se como llegar a ti. Si alguna vez consigues entender como podría ayudarte házmelo saber, de acuerdo? (pero no sirve decirme: no me hagas más preguntas!) (sonrisa).

Yo también debo disculparme por haber sido brusca en el modo de decirte algunas cosas el sábado, también ayer, pero trataba de meter un poco de espacio entre nosotros, y estaba tan cansada en todos lo sentidos…. En relación al hecho de no tocarte, lo necesitaba, el fin de semana fue demasiado intenso y no quería sufrir más. Despacio despacio….

Todavía debo hacer un esfuerzo para entender que el modo en el que me mirabas, con tanta intensidad, el sábado por la mañana, no quería decir nada más que me quieres como amigo y basta, que seguramente no querías hacerme daño y simplemente me mirabas con una gran ternura.

Pero entiendes que podría haberme hecho daño el hecho de usar precisamente este título para tu e-mail, o escribir (por lo menos no tan pronto, después de sentir que te gusto, pero que al mismo tiempo –como me dijiste hace algún tiempo-, no quieres tener nada conmigo) el texto de la canción que has escrito, si no es lo que sentías, por que podrías hacerme confundir? Mira que yo también soy muy cabezota, a veces más que tú… (sonrisa)

Estuviste mucho tiempo entre mis brazos éste fin de semana, y yo te dije que no siempre estaría ahí… ¿Qué debía pensar después de leer lo que habías escrito?

Por otra parte, te ruego que no te obligues jamás a decir o sentir cosas que no sientes, no intentes forzar un sentimiento que no llegue solo. Sería diferente que me dijeras que sientes algo por mi pero que no sabes qué es, o que tienes miedo. Pero si te referías solo al hecho de hablar más, de contarme más cosas en un futuro, entonces no me preocuparé más y será solamente eso lo que espere. Pero debes decírmelo, ok?

No te preocupes, llegará el momento en el que todo estará claro entre nosotros (antes o después, esperemos, no?) y yo dejaré de hacerte preguntas incómodas.

Ahora te dejo, estoy muy cansada y necesito dormir….

(sonrisa)

viernes, 12 de junio de 2009

Es hora de despedirse


Domingo, 7 de junio.

Nos levantamos alrededor de las once. Yo no podía creer que hubiera sido capaz de dormir tanto y sin pesadillas (increíble!).

Me hice la remolona y le dije que fuese él el primero en ducharse (rompiendo de nuevo con la tradición entre nosotros).

Cuando salió del baño se acercó a hasta mi cama y me tocó suavemente la espalda, a modo de indicación para que me levantara. Así lo hice, le di los buenos días con cara somnolienta y me apresuré para ducharme.

Desayunamos en el hotel, recogimos nuestras cosas con la más absoluta tranquilidad y salimos para dar un paseo, porque aún era temprano. Al salir por la puerta del hotel tropecé, y cuando estaba a punto de caer de bruces, Mattia me sujetó rápidamente, con firmeza y dulzura por el brazo, evitando que me hiciera daño.

En aquel momento no pude evitar sentir que su respuesta había sumamente veloz, demasiado atenta. Debía estar muy pendiente de mi para haber reaccionado con tanta agilidad, para no permitir que pudiera hacerme daño. Sentí que nunca permitiría que nada ajeno a nosotros me hiciera daño, aunque al mismo tiempo fuera capaz de hacérmelo, y de hacérselo a su alma...

Durante ese rato charlamos sobre cosas, en su mayoría, intrascendentes, hasta que llegó la hora de partir y salimos para el aeropuerto. Esa dichosa ciudad resulta un tanto caótica (sobre todo por las indicaciones), así que necesité media hora extra solo para encontrar la salida para la autovía. En un momento concreto, en tono de broma, dije.

- Al final llegaremos tarde y perderás tu avión.
- No pasa nada, tendrías que aguantarme unos días más en tu casa (me dijo, sonriendo).

Esta vez fui yo la que permaneció callada y no respondió. Como siempre, una parte de mi respiraba hondo al escuchar aquello, pero otra deseaba sentirse lejos, deseaba sentirse aliviada.

En otro de mis “arranques” de sinceridad absoluta, y viendo que a aquellas alturas Mattia habría notado ya que evitaba acercarme a él, le comenté que me dolía todo aquello, que estaba intentando “recolocarme” y que no iba a tocarle.

- Yo no pienso tocarte. Si deseas hacerlo, hazlo tú. No te rechazaré, pero no esperes una respuesta demasiado efusiva por mi parte. Te dije ayer, y es cierto, que algo se ha apagado en mi interior. No tengo ganas de sufrir.
Aunque pueda desear tocarte, no voy a hacerlo.

Por fortuna, llegamos con tiempo de sobra al aeropuerto. Tanto, que tuvimos que hacer cola durante una hora antes de facturar.

Pasamos la mayor parte del tiempo en silencio, mientras él me sostenía tierna, y al mismo tiempo fuertemente, con un brazo. Me prodigó caricias suaves, tiernas, intensas, obsesivas… Recorriendo casi todo el espacio que cubría mi brazo, mi espalda, mi cuello, y a ratos también mi pelo.

En un momento concreto, me giré hacia él y le pregunté:

- Tú me quieres muchísimo, ¿verdad?

Me respondió inmediatamente, asintiendo con la cabeza, al tiempo que notaba como un nudo se formaba en su garganta.

En ese momento sentí que las lágrimas acudían a mis ojos y tuve que hacer un esfuerzo enorme para contenerme y no sollozar. Busqué las gafas de sol y me las coloqué, incapaz de dejar que la gente que nos rodeaba me viera llorar en silencio. Incapaz de mirarle a él a los ojos.

No me soltó durante un segundo hasta que llegó la hora de dejar la maleta. Le acompañé hasta el acceso y allí nos quedamos unos minutos, hasta que él fue capaz de decir:

-Debo irme, o perderé el avión.

Esta vez fui yo quién asintió, enmudecida. Permanecí inmóvil, lánguida y con los brazos inertes, y dejé que fuese él quien me abrazara. Luego me dio un par de besos de cortesía, encantadoramente torpes -como solo él “sabe” darlos-, y terminó estampándome un beso solitario y espléndido con sus labios en la mejilla. Durante un instante me permití soltar las manos y sujetarle levemente por la cintura, soltándole en cuanto fui consciente de ello.

Mattia salió para dirigirse al control de acceso, y yo me quedé parada, observándole durante unos minutos, esperando al momento en el que se diera la vuelta para marcharme. Tras una pequeña espera que me pareció interminable se giró, yo le dediqué una sonrisa triste y un breve saludo con la mano y me di la vuelta, decidida. No paré hasta llegar a la salida.

Me tomé un café, tranquilamente sentada, y a los pocos minutos recibí un mensaje suyo en el móvil, con tono afectuoso y alegre, en el que me decía que al final el avión se retrasaba una hora, y en el que me pedía que tuviera muchísimo cuidado durante el camino de vuelta.

Al terminar llamé a mi mejor amiga para desahogarme con ella. Me sentía triste, vacía, desconcertada, así que la “obligué” a soportar mi relato sobre los acontecimientos del fin de semana durante una hora. ¡A veces no hay con qué pagar a los amigos…!

Salí tranquila del aeropuerto, desconecté el móvil y partí de regreso, sin derramar una sola lágrima en todo el camino. Cuando llegué a casa, a última hora, volví a conectarlo, encontrando otro mensaje de Mattia en el que me decía que ya había aterrizado, y que iba camino a casa. Yo le respondí con un mensaje cortés, aunque breve y un tanto impersonal.

Me sentía tranquilamente extraña, serena. Así que me senté y escribí un nuevo post, pensando que las lágrimas, por fin, se me habían acabado. Pero volvía a equivocarme de nuevo.

jueves, 11 de junio de 2009

Buenas noches...


15:00 p.m.

Comimos algo. Más Mattia que yo, porque me sentía aún desganada, hasta el punto de que hacía un par de días que había perdido el apetito (¿no es de extrañar, verdad?).

Durante el rato del "almuerzo" yo aproveché para lanzarle de nuevo otra pregunta para la que necesitaba respuesta:

- ¿Porqué te sentías triste ayer por la mañana?

No respondió. Tragó saliva y bajó la mirada. Repentinamente, dos lágrimas resbalaron por sus mejillas, mientras permanecía en el más absoluto silencio. En ese momento sentí que la rabia que me quedaba almacenada escapaba por los poros de mi piel y me acerqué a él para acariciarle con dulzura el rostro, sintiéndome tristemente soprendida.

- ¿Qué te pasa...? ¿Porqué lloras?

Mattia continuó sin responderme, mientras otro par de lágrimas nuevas atravesaban su cara. Se levantó con suavidad y fue a buscar un pañuelo con el que secarse el rostro.

Decicí que, fuese lo que fuese aquello que había provocado esas lágrimas de dolor era demasiado duro, así que no quise insistir más.

Preparamos las maletas para salir. No habíamos dormido una sola hora y lo que aún quedaba del día prometía ser largo.

16:30 p.m.


Partimos de viaje. Yo conducía, como de costumbre, pero a pesar del cansancio y de la falta de sueño me mantuve asombrosamente despierta.

Cuando tuve claro que Mattia estaba más tranquilo comencé a hablar con él. En ésta ocasión decidí dejar cierta dulzura a un lado y ser clara y honesta. Le dije que lo que sentía por él se iba apagando como una llama en mi interior, y que dentro de poco no quedaría nada por mantener encendido. También le dije cuanto le había deseado aquella noche, y, decidiendo ser tremendamente sincera, le "aclaré" que también las mujeres podemos llegar a sentir dolor físico por el deseo no satisfecho, tal y como me había sucedido en esa ocasión. Aproveché para bromear un poco con el tema, pidiéndole que me recordara como se decía "ovarios" en italiano... Y de nuevo, sin que yo me lo esperara, un par de lágrimas resbalaron por su cara, dejándome de nuevo sorprendida, triste y confusa.

- ¡¿Qué te pasa...?! (Pregunté)

No respondió. Se enjugó la triste humedad de su cara con la mano y yo bromeé, con una sonrisa tierna en la cara, diciéndole:

- Menos mal que solo te pedí que me recordaras como se dice "ovarios" en italiano y no te pregunté por "esternocleidomastoideo"!

Mattia me respondió con otra sonrisa, y pareció recuperar un poco la compostura. Continuamos charlando durante un rato (más él que yo, claro...), hasta que, viendo que yo trataba de acomodarme infructuosamente en el asiento a causa del fuerte dolor de espalda que tenía, preguntó si deseaba ir esa noche a los baños árabes para relajarme y dejar que me dieran un buen masaje.

Yo me quedé un poco sorprendida, y respondí -no sin cierta ironía, tan sutil que él no captó-:

- Si me invitas tú...
- Claro que si
(respondió sin titubear).
- Bueno, pues luego lo vemos cuando lleguemos a X, seguramente haya algún baño allí.

Durante el resto del viaje charlamos, y yo le pregunté más cosas. Para unas pocas obtuve respuesta (en su mayoría vagas, concisas), aunque también fui capaz de dejar tiempo para hablar sobre asuntos más superficiales y divertidos.

19:30 p.m.

Llegamos al hotel, y al subir hasta la habitación nos dimos cuenta de que no nos habían dado la tarjeta para entrar. Cuando bajé, el recepcionista me dijo:

- No se preocupe, un compañero ha subido ya, le habrá entregado la tarjeta a su marido.


Al oír aquello no supe si reirme, contestar dando una explicación o callarme. Finalmente opté por sonreir con amabilidad y no decir nada, aunque aquel simple comentario me pareciera absurdamente irónico y cruel. ¿Para qué hablar o aclarar nada?

Llegué a la habitación, y al entrar me encontré a Mattia esperándome en el pasillo, obligándome a pasar de lado para no rozarle... Solté la bolsa de viaje en el suelo y comprobé que en esta ocasión nos habían dado dos camas individuales, separadas, en lugar de una cama de matrimonio, como había sucedido casi siempre. Tuve la sensación de que Mattia se sentía un poco decepcionado al verlas... Pero tal vez fue solo eso, una sensación. ¡Quién sabe! Una parte de mi también lo sintió así, pero otra, tal vez en ésta ocasión un poquito más grande, experimento alivio.

Nos tumbamos cada uno en nuestra cama, y tras descansar unos minutos saqué la energía necesaria para llamar al número de los baños que nos habían dado en recepción. Había solo puesto para los baños, pero no para el masaje, y era bastante caro, así que finalmente decidimos no hacerlo.

Descansamos durante un rato y salimos para dar una vuelta y cenar. Estuvimos caminando durante un rato, relajados, recorriendo rincones de aquella ciudad que visitábamos juntos por segunda vez. Me pareció aún más bonita que la primera.

Descubrimos algunos rincones encantadores, y finalmente decidimos parar en un restaurante libanés para cenar. Yo seguía sin tener hambre y dejé casi toda la comida sin probar.

A pesar de todo, la velada fue realmente agradable. Durante la cena yo volví a sincerarme de nuevo y le conté una parte de mi vida que no conocía. Una parte dura, triste y digna del olvido que, a pesar de todo me niego a olvidar, y que jamás había sido capaz de compartir en su totalidad con él. Mattia solo conocía un pequeño fragmento, así que también él tuvo la oportunidad de compartir un poco de mi tristeza aquel día.

Tal vez algún día os hable sobre ello.

Hablé también sobre mi relación con Fabio, sobre lo que me unía a él y sobre lo que me alejaba. Y por primera vez, mientras hablaba con él, fui consciente de cosas que no había visto en todos estos años. Vi con claridad que ambos eran dos mitades complementarias, y que Mattia, de muchas formas, me daba todo lo que Fabio no podía ofrecerme. Siempre pensé que era al contrario; que Mattia me volvía loca pero que era mi pareja la que me lo ofrecía casi todo. Pero en aquel momento abrí los ojos y pude apreciar todo lo que comparto con mi querido romano... Y así se lo dije.

Terminamos de cenar y salimos en busca de una encantandora tetería que habíamos encontrado. Allí nos quedamos durante un par de horas, esperando a que llegara la hora de salir para tomar una copa, durante otro rato que resultó absolutamente encantador, sin rastro de historias tristes, preguntas o reproches.

La música era estupenda, y una canción, en particular, me gustó mucho,y también a él. Se trataba de una versión de una canción muy comercial que ambos conocíamos, y que intentaré dejaros por aquí cuando pueda. Me pareció tremendamente sensual.

Al salir de allí nos fuimos a tomar algo, y acabamos en un par de locales, hasta avanzada la noche. Esa es una de las cosas que tanto nos gusta compartir: a ambos nos encanta salir de noche, nos gusta la misma música, amamos bailar... Pero esta vez, aunque relajada, decidí guardar la distancia y no respondí -tratando de actuar con naturalidad- cuando me tocaba.

Disfruté lo que pude de su compañía sin plantearme demasiadas cosas, y, llegada cierta hora, ambos decidimos de mutuo acuerdo regresar al hotel. Pasé todo el camino de vuelta apartándome sutilmente de su lado, para evitar que me abrazara (como habría hecho, al igual que tantas otras veces). La situación llegó a ser tan absurda que llegamos a cambiar de acera porque él se iba desplazando ligeramente mientras me seguía... Pero no permití que se acercara lo suficiente como para tocarme. No quería.

Al llegar me lavé los dientes, y al salir del baño me encontré a Mattia casi vuelto de espaldas, tan solo cubierto por sus slips, semibajados, dejándome ver parte de su culo y del suave ángulo de su cadera. En aquel momento me pareció cruel que me dejara verle así, y pensé que, probablemente, era premeditado. No podía ser tan imbécil, después de dejarme a medias, de hacerlo sin darse cuenta, ¿no?...

Aparté la mirada de su cuerpo, aunque no sin cierta dificultad, y me dispuse a quitarme el vestido tratando de hacerlo rápidamente antes de que se girara. Pero no fue posible. Se giró justo a tiempo para mirarme mientras me lo quitaba y dejaba mis pechos al descubierto.

Me metí rápidamente en la cama, y en cuanto él entró en el baño, aproveché para dejar la habitación en semipenumbra. Cuando salió se acercó despacio a la suya y apagó la luz. Le di las buenas noches y no respondió (probablemente, un tanto desconcertado por mi frialdad, trató de resistirse a mi saludo,pero yo solo deseaba dormir en aquel momento), así que, pasados unos minutos, volví a decirlo, ésta vez con tono inquisitorio -como queriendo decir: ¿no me vas a contestar?-.

Finalmente me respondió. Yo me giré hacia el lado opuesto, y cuando quise darme cuenta, era de día.

Faltaban pocas horas para la despedida...

miércoles, 10 de junio de 2009

Definitivamente... Soy masoquista


05:35 a.m.

Saqué fuerzas de flaqueza y me separé de él tomándole de la mano, ajena al resto del mundo. Mattia me siguió dócilmente y salimos al exterior del local.

Allí nos encontramos con varios compañeros del grupo de teatro que estaban charlando en la puerta, y nos despedimos hasta nuevo aviso, caminando tranquilamente sin tocarnos hasta doblar la esquina.

Al girar yo me acerqué de nuevo a Mattia y volvimos a comenzar con el juego, entre suspiros e íntimos roces, durante otro rato que pareció interminable. Pero de nuevo, sin besarnos. Finalmente encontré la fuerza para soltarme de nuevo de él, y mientras me abrazaba caminamos casi en silencio, como dos borrachos, hasta llegar a casa.

Mattia no me soltó hasta que fui yo la que se apartó, al llegar a la escalera, después de una larga caminata de media hora, embriagadora, que a mi se me hizo eterna.

No sabía lo que iba a pasar cuando traspasáramos la puerta. Le deseaba con locura, pero al mismo tiempo sentía miedo, y una parte de mi me decía que las cosas no iban a resultar tan fáciles como parecían. Había conseguido ya demasiado para tratarse de una insignificante noche, después de tantos años de espera...

06:00 a.m.

Al entrar en casa Mattia me dijo que deseaba entrar al baño. Pasó un pequeño rato dentro que se me hizo eterno por lo que me sugirió, en especial cuando oí correr el agua del grifo y tuve la certeza de que saldría por la puerta con el control de nuevo entre sus manos.

En efecto, no me equivocaba. Salió del baño, y en lugar de venir a buscarme se dirigió a su habitación. Entonces decidí que aquello no era justo, y, tras unos instantes de duda, llamé a su puerta.

Permaneció sujetando la puerta, a medio abrir, en mitad de la oscuridad durante un par de minutos, sin que ninguno de los dos dijera nada hasta que yo logré abrir la boca:

- No somos dos chiquillos de 15 años, no podemos dejar las cosas así. Debemos terminarlas o hablar sobre ellas.


Mattia asintió al tiempo que abría la puerta, permitiéndome pasar. Le abracé de nuevo, y de nuevo, no me rechazó. Pero en ese momento fue capaz de romper el silencio con firmeza:

- Está bien, me quedaré contigo, pero no voy a hacer nada.
- ¿Qué quiere decir que te quedarás conmigo?
- Que dormiré contigo.
- ¿Dónde?
(pregunté yo).

Me tomó de la mano sin responder y me condujo suavemente hasta mi cama, tumbándose en el lado en el que yo siempre duermo. Llevaba unos slips ajustados y una camiseta de tirantes que no quiso quitarse, aunque en otras ocasiones había dormido conmigo sin ella. Yo le pregunté si tenía inconveniente en que me quitara el vestido y me tumbara, en bragas, a su lado, como tantas otras veces hemos hecho (dormir semidesnudos y abrazados) a lo que respondió indicándome con un gesto que no, que no era un problema.

Como siempre, miró mi rostro y mi cuerpo mientras sacaba el vestido por mis hombros, e hizo que me sintiera vulnerable, poco atractiva y avergonzada...

Me tumbé a su lado, y a partir de ahí puedo decir que intenté sacar partido a todas y cada una de las armas que poseo como mujer, os lo puedo asegurar. No me defino como una mujer excepcional, preciosa. No siento que tenga un cuerpo hermoso, pero a pesar de ello puedo asegurar que ninguno de los hombres que conozco habría resistido lo que éste hombre resistió aquella noche sin acabar haciéndome el amor durante el resto de la noche (o mejor decir, del día)...

Así transcurrieron cinco larguísimas horas, sin que ninguno de los dos lograra dormir. Yo pegaba malintencionadamente mi cuerpo al tuyo, buscando que encajáramos al milímetro, rebosante de sensualidad y deseo. Le acaricié y le besé la espalda, los brazos, el cuello... El culo. Le colmé de caricias de amante que le hacían temblar, suspirar y acelerar la respiración. Pero nada.

Eso si, es cierto que ahora ya puedo decir que conozco con detalle la mayor parte de su cuerpo, salvo su boca… Y su pene.

Mattia trataba de permanecer la mayor parte del tiempo tumbado boca abajo, o semicostado, en un intento –resulta obvio- de controlar la erección constante que no lograba contener, y, probablemente, de evitar que yo pudiera llegar a acercarme en exceso.

Yo me pegaba a él, él respondía acercando su boca a la mía, a veces tan cercano que me dejaba rozar sus labios inertes y quietos, con los míos. Súbitamente, cuando menos lo esperaba, se giraba ocultando la cabeza en la almohada. Entonces yo, frustrada, me daba la vuelta, para sentir como unos instantes después él se acercaba a buscarme al extremo de la cama.

Mantuvimos ese jueguecito cruel hasta bien entrada la mañana: me acerco, te acercas, nos mantenemos unidos durante un rato, luego tú vuelves a alejarte, yo me alejo, tú me buscas, yo te encuentro… Siento la cercanía de tus labios y de tu cuerpo excitado, algunas leves, tiernas y torpes caricias que delatan tu inexperiencia y que me regalas de vez en cuando, pero nada más. ¿Qué difícil resistirse y qué fácil dejarse adorar al mismo tiempo, verdad?.

11:00 a.m.

Llegada ésta hora, y sin que hubiésemos conseguido dormir un minuto, Mattia se levantó repentinamente, sin decir nada, aprovechando un momento en el que yo me había apartado, y se escapó de mi cama.

Tras unos minutos de duda decidí ir a buscarle, en ésta ocasión con la intención de pedirle explicaciones (no ya más caricias, por que, aunque con él me vuelvo masoquista, la cosa llega hasta un “ciertísimo” punto). De nuevo, esa mirada de secreto gozo y de agonía simultánea al verme aparecer, y otras cuatro horas –si, he dicho cuatro. ¿Dije que no soy masoquista?- de idas y venidas, de “dimes y diretes”.

Me senté a su lado, en la cama, y le pregunté:

- ¿Por qué no me tocas más, por qué no me besas? Te parezco guapa, atractiva. Ha sido evidente que estabas excitado…
- No quiero hacerlo.
- ¿Pero por qué? No te estoy pidiendo más que lo hagas, te estoy pidiendo una razón para entender el por qué de tu rechazo a pesar de que te guste.
- No quiero hacerlo
(obstinado como él solo, incluso más que yo, que ya es decir).
- Necesito que me digas algo para entender como eres capaz de contenerte de esa forma si te gusto.

Mattia me atrajo hasta si y me abrazó en silencio, mientras yo me tumbaba de nuevo a su lado. Y si, aunque a éstas alturas parezca ya increíble, absurdo, retomamos de nuevo ese juego nuestro tan masoquista mientras yo intentaba obtener respuestas.

Tras preguntarle algunas otras cosas, pasamos la siguiente hora en absoluto silencio, solo roto por alguna respiración agitada –por parte de ambos- y algún gemido ocasional -más míos que suyos, cuando comenzó a acariciarme el pelo, el cuello…- Fue un fragmento de tiempo lleno de suspiros, palabras entrecortadas que no llegaban a tomar forma y miradas interminables e intensas por su parte que me obligaban a bajar los ojos por el peso de los suyos, llenos de intensidad.

Probé a mantener los ojos abiertos. Probé a mantener los ojos cerrados. Noté como se acercaba a mi boca, a mi cuello, a mi hombro, a mi pecho, en los que dejaba de vez en cuando un rastro de suaves caricias. Se miró en mis ojos desde tan cerca, y con tanto dentro de ellos –ahora ya no se qué-, que dolía… Cerraba los ojos, y al abrirlos le encontraba mirándome de tal forma, veía en ellos tanto amor, que me habría hecho derretir un lingote de oro sobre mi pecho. Durante un instante rompí el silencio, buscando apartarme de él porque estaba tan cerca que me sentía incapaz de seguir mirándole, y bromeé diciendo:

- Me miras así porque te has quitado las lentillas y no ves de cerca… (Sonriendo)
- No veo de lejos. De cerca veo perfectamente (me lo dijo en tono firme, tierno y divertido).

Durante la siguiente interminable hora llegué a sentir un dolor físico, real, por él, por el sufrimiento físico y emocional que sentía que estaba experimentando, por su incapacidad para hablar, por ese doloroso nudo en la garganta que llegué literalmente a oír en innumerables ocasiones.

Opté por permanecer quieta, en silencio, acariciándole pura y suavemente mientras él hacía lo mismo, tratando de invitarle con mi mirada a luchar, a decirme lo que debía decirme, fuese lo que fuese.

¿Y sabéis que? Vi tanto sufrimiento y tanto dolor en él que llegué a tener miedo de sentir salir de su boca un “te quiero”, y de lo que eso significaría.

Repentinamente, de sus labios salió, en un susurro, tras varios intentos, un tímido “te… escucha!….”. Y de nuevo, bloqueo.

Tuvo que pasar otra hora más hasta que fuese capaz de volver a soltar otro “escucha…”. Y de nuevo, el silencio de los nudos de garganta, y más miradas, llenas de amor (que ahora no sé definir, aunque tengo claro que jamás he visto esa mirada en un amigo o en un simple amante), que me hacían sentir pequeña, débil y vulnerable.

Finalmente, cuando estaba ya a punto de rendirme y comprender que no sería capaz de hablar conmigo abiertamente, resultó ser capaz de llenar de aire sus pulmones:

- Escucha, por ahora te quiero solo como amiga.
- ¿Por ahora? ¿Qué quiere decir por ahora? Por favor, quita ese “por ahora” de la frase y vuelve a decírmelo de nuevo.
(No fue capaz).

Yo me sentía absurdamente tranquila, aunque un poco desconcertada. Esa no había sido la pregunta que quería que me respondiera en aquel momento, ya había comprendido que no me diría otra cosa hacía tiempo.

- Esta no era la respuesta que yo te pedía. ¿Para esto has sufrido tanto, para decirme algo que ya me habías dicho antes de que me marchara?

Me miró, sorprendido por mi respuesta, seguramente convencido de que era aquello que yo esperaba.

- Yo ya no esperaba nada de ti en ese sentido. Mis sentimientos han cambiado. Es cierto que aún me siento confusa y que me gustas mucho, pero no creo estar todavía enamorada de ti. Yo deseaba saber lo que significo para ti, qué sientes exactamente, no saber tan solo si me amas o no.

Por supuesto, no fue capaz de darme una respuesta.

- Bésame, o déjame besarte. Sólo así podré entender si lo que siento por ti se esfumará en el aire. Será como besar al príncipe del cuento y averiguar si se convierte o no en rana. Aunque ahora ya el príncipe ha sido sustituido por un escudero…
- No es importante.
- Para mi si.
- No lo creo.
- Si me dejas hacerlo, podré avanzar más rápidamente. Si no, tendré que entender yo sola que no quieras besarme a pesar de que me desees. Y eso duele demasiado, ¿sabes?. Me costará mucho más elaborarlo todo.


Seguimos así durante un rato, hasta que Mattia me abrazó de nuevo, permaneciendo tumbados otro poco más. Durante éste último pedazo de mañana su mano se movió repentinamente con cierto atrevimiento, llegando a rodear con calidez y deseo mi pecho a lo largo de unos instantes. Volvió a ponerme a mil por hora, y de nuevo, volvió a parar y a cerrarme las puertas del cielo.

Llegados a este punto, quien lea éste relato se preguntará: “Pero, ¿ésta tía es realmente masoquista o qué? ¡Yo no aguantaría eso ni de lejos!”

Y eso mismo es lo que yo diría si en lugar de Mattia se tratara de cualquier otro hombre, o si en lugar de mi historia se tratara de una ajena. Pero con él todo ha sido siempre intenso, complicado, tierno, diferente. Tal vez me acostumbré a sufrir demasiado a su lado…

La mañana finalmente llegó a su fin, y yo logré encontrar la voluntad necesaria para levantarme y alejarme de él. Debíamos viajar y habíamos pasado la mañana en la cama, sin dormir.