martes, 26 de enero de 2010

Haití: La maldición blanca


El primer día de este año, la libertad cumplió dos siglos de vida en el mundo. Nadie se enteró, o casi nadie. Pocos días después, el país del cumpleaños, Haití, pasó a ocupar algún espacio en los medios de comunicación; pero no por el aniversario de la libertad universal, sino porque se desató allí un baño de sangre que acabó volteando al presidente Préval.

Haití fue el primer país donde se abolió la esclavitud. Sin embargo, las enciclopedias más difundidas y casi todos los textos de educación atribuyen a Inglaterra ese histórico honor.

Es verdad que un buen día cambió de opinión el imperio que había sido campeón mundial del tráfico negrero; pero la abolición británica ocurrió en 1807, tres años después de la revolución haitiana, y resultó tan poco convincente que en 1832 Inglaterra tuvo que volver a prohibir la esclavitud.

Nada tiene de nuevo el ninguneo de Haití. Desde hace dos siglos, sufre desprecio y castigo. Thomas Jefferson, prócer de la libertad y propietario de esclavos, advertía que de Haití provenía el mal ejemplo; y decía que había que “confinar la peste en esa isla”. Su país lo escuchó. Los Estados Unidos demoraron sesenta años en otorgar reconocimiento diplomático a la más libre de las naciones.

Mientras tanto, en Brasil, se llamaba haitianismo al desorden y a la violencia. Los dueños de los brazos negros se salvaron del haitianismo hasta 1888. Ese año, el Brasil abolió la esclavitud. Fue el último país en el mundo.

Haití ha vuelto a ser un país invisible, hasta la próxima carnicería. Mientras estuvo en las pantallas y en las páginas, a principios de este año, los medios trasmitieron confusión y violencia y confirmaron que los haitianos han nacido para hacer bien el mal y para hacer mal el bien.

Desde la revolución para acá, Haití sólo ha sido capaz de ofrecer tragedias. Era una colonia próspera y feliz y ahora es la nación más pobre del hemisferio occidental. Las revoluciones, concluyeron algunos especialistas, conducen al abismo. Y algunos dijeron, y otros sugirieron, que la tendencia haitiana al fratricidio proviene de la salvaje herencia que viene del África.

El mandato de los ancestros. La maldición negra, que empuja al crimen y al caos. De la maldición blanca, no se habló.

La Revolución Francesa había eliminado la esclavitud, pero Napoleón la había resucitado: –¿Cuál ha sido el régimen más próspero para las colonias? El anterior. Pues, que se restablezca–. Y, para reimplantar la esclavitud en Haití, envió más de cincuenta naves llenas de soldados. Los negros alzados vencieron a Francia y conquistaron la independencia nacional y la liberación de los esclavos. En 1804, heredaron una tierra arrasada por las devastadoras plantaciones de caña de azúcar y un país quemado por la guerra feroz. Y heredaron “la deuda francesa”. Francia cobró cara la humillación infligida a Napoleón Bonaparte.

A poco de nacer, Haití tuvo que comprometerse a pagar una indemnización gigantesca, por el daño que había hecho liberándose. Esa expiación del pecado de la libertad le costó 150 millones de francos oro. El nuevo país nació estrangulado por esa soga atada al pescuezo: una fortuna que actualmente equivaldría a 21,700 millones de dólares o a 44 presupuestos totales del Haití de nuestros días. Mucho más de un siglo llevó el pago de la deuda, que los intereses de usura iban multiplicando. En 1938 se cumplió, por fin, la redención final. Para entonces, ya Haití pertenecía a los bancos de los Estados Unidos.

A cambio de ese dineral, Francia reconoció oficialmente a la nueva nación. Ningún otro país la reconoció. Haití había nacido condenada a la soledad. Tampoco Simón Bolívar la reconoció, aunque le debía todo. Barcos, armas y soldados le había dado Haití en 1816, cuando Bolívar llegó a la isla, derrotado, y pidió amparo y ayuda. Todo le dio Haití, con la sola condición de que liberara a los esclavos, una idea que hasta entonces no se le había ocurrido. Después, el prócer triunfó en su guerra de independencia y expresó su gratitud enviando a Port-au-Prince una espada de regalo. De reconocimiento, ni hablar. En realidad, las colonias españolas que habían pasado a ser países independientes seguían teniendo esclavos, aunque algunas tuvieran, además, leyes que lo prohibían. Bolívar dictó la suya en 1821, pero la realidad no se dio por enterada. Treinta años después, en 1851, Colombia abolió la esclavitud; y Venezuela en 1854.

En 1915, los marines desembarcaron en Haití. Se quedaron diecinueve años. Lo primero que hicieron fue ocupar la aduana y la oficina de recaudación de impuestos. El ejército de ocupación retuvo el salario del presidente haitiano hasta que se resignó a firmar la liquidación del Banco de la Nación, que se convirtió en sucursal del Citibank de Nueva York.

El presidente y todos los demás negros tenían la entrada prohibida en los hoteles, restoranes y clubes exclusivos del poder extranjero. Los ocupantes no se atrevieron a restablecer la esclavitud, pero impusieron el trabajo forzado para las obras públicas. Y mataron mucho.

No fue fácil apagar los fuegos de la resistencia. El jefe guerrillero, Charlemagne Péralte, clavado en cruz contra una puerta, fue exhibido, para escarmiento, en la plaza pública. La misión civilizadora concluyó en 1934. Los ocupantes se retiraron dejando en su lugar una Guardia Nacional, fabricada por ellos, para exterminar cualquier posible asomo de democracia.

Lo mismo hicieron en Nicaragua y en la República Dominicana. Algún tiempo después, Duvalier fue el equivalente haitiano de Somoza y de Trujillo.

Y así, de dictadura en dictadura, de promesa en traición, se fueron sumando las desventuras y los años. Aristide, el cura rebelde, llegó a la presidencia en 1991. Duró pocos meses. El gobierno de los Estados Unidos ayudó a derribarlo, se lo llevó, lo sometió a tratamiento y una vez reciclado lo devolvió, en brazos de los marines, a la presidencia. Y otra vez ayudó a derribarlo, en este año 2004, y otra vez hubo matanza. Y otra vez volvieron los marines, que siempre regresan, como la gripe. Pero los expertos internacionales son mucho más devastadores que las tropas invasoras.

País sumiso a las órdenes del Banco Mundial y del Fondo Monetario, Haití había obedecido sus instrucciones sin chistar. Le pagaron negándole el pan y la sal. Le congelaron los créditos, a pesar de que había desmantelado el Estado y había liquidado todos los aranceles y subsidios que protegían la producción nacional. Los campesinos cultivadores de arroz, que eran la mayoría, se convirtieron en mendigos o balseros. Muchos han ido y siguen yendo a parar a las profundidades del mar Caribe, pero esos náufragos no son cubanos y raras veces aparecen en los diarios. Ahora Haití importa todo su arroz desde los Estados Unidos, donde los expertos internacionales, que son gente bastante distraída, se han olvidado de prohibir los aranceles y subsidios que protegen la producción nacional.

En la frontera donde termina la República Dominicana y empieza Haití, hay un gran cartel que advierte: El mal paso. Al otro lado, está el infierno negro. Sangre y hambre, miseria, pestes. En ese infierno tan temido, todos son escultores. Los haitianos tienen la costumbre de recoger latas y fierros viejos y con antigua maestría, recortando y martillando, sus manos crean maravillas que se ofrecen en los mercados populares. Haití es un país arrojado al basural, por eterno castigo de su dignidad. Allí yace, como si fuera chatarra. Espera las manos de su gente.

Eduardo Galeano

jueves, 21 de enero de 2010

El derecho de soñar

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"Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000. Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí, para entonces ya seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.

Sin embargo, aunque no podemos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el que queremos que sea. El derecho de soñar no figura en los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron en 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.

Deliremos, pues, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies.

En las calles, los automóviles serán pisados por los perros.

Los cocineros no creeerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.

La policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.

El aire estárá limpio de los venenos de las máquinas, y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.

Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos. Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.

La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.

La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor.

El mundo ya no estará en guerra con los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre jamás.

Una mujer, negra, será presidente de Brasil y otra mujer, negra, será presidente de los Estados Unidos de América.Una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú.

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas.

Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión.

En Argentina, las locas de la Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar

Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.

La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las piedras de Moisés:
El sexto mandamiento ordenará: "Festejarás el cuerpo".
El noveno, que desconfía del deseo, lo declarará sagrado.

En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo.

Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.

La Iglesia también dictará un undécimo mandamiento, que se le había olvidado al Señor: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte".

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.

La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla.

Todos los penitentes serán celebrantes, y no habrá noche que no sea vivida como si fuera la última, ni día que no sea vivido como si fuera el primero"


Eduardo Galeano

lunes, 18 de enero de 2010

Cruz Roja pide ayuda para Haití

Hola, chicos... Creo que el tema de Haití se merece mucho de mi atención, así que os dejo por aquí algo de información sobre la labor que está realizando Cruz Roja Española, y sobre el llamamiento urgente de ayuda que han lanzado:

Se estima que más de 3 millones de personas se han visto afectadas por el Terremoto de 7,3 grados que azotó Haití y que más de 200.000 han quedado sin hogar. La cifra de fallecidos está sin determinar aunque se confirman las peores previsiones.

Tras las primeras horas después de la catástrofe, las necesidades inmediatas se concentran en la búsqueda y rescate de supervivientes, la atención sanitaria de emergencia, la dotación de agua potable, el alojamiento, la logística y la mejora de las telecomunicaciones.

Cruz Roja Española ha enviado 20 delegados para completar el equipo que ya tenemos destinado en Haití. En estos momentos se contempla ampliar el apoyo de recursos humanos. Además se ha enviado un primer convoy de ayuda humanitaria y vehículos de emergencia y estamos fletando 4 aviones con:

Unidades de Respuesta a Emergencias (ERU):

ERU Telecomunicaciones
ERU Agua y Saneamiento

Suministros de ayuda de emergencia:

Material Sanitario
Mantas
Kits de cocina

El operativo de Cruz Roja Española forma parte de la basta campaña humanitaria puesta en marcha por el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Cruz Roja Internacional ha realizado ya un llamamiento de ayuda para asistir a más de 100.000 personas durante los próximos nueve meses.

Haití nos necesita a todos. Tu colaboración es más importante que nunca.

lunes, 11 de enero de 2010

Porque yo te quiero...


"No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero."


Mario Benedetti.

jueves, 7 de enero de 2010

Sobre cómo sobrevivir a las invitaciones de boda (II)

...
a) El dinero del regalo. Pruebo, cuando quedamos, a ver si cuela el jarrón de los chinos, pero nada. Se ríen y me dejan bien clarito que la casa está amuebladísima, de diseño, monísima, coquetísima. y una docena más de “ísimos”!

b) El vestido. Vuelves a casa descorazonada… Abres el armario y empiezas a buscar. Y de primeras te entra un sudor frío y te viene un grito sofocado seguido de esa frase tan, tan odiada que nos viene acompañando desde que teníamos 13 años: ¡No tengo nada que ponermeeeeee!!!!

Un momento, respira! Si! Tienes un vestido… No, pera… Tienes 3 candidatos que no te han visto en ninguna boda anterior!!! Milagro en el portal de Belén!. Un momento… Uno hay que descartarlo, por que te lo vió la prima de la que se casa (que está casada con el hermano de tu cuñada) en un bautizo, y es de un criticón!. Joer… Quedan dos. Te los pruebas pa´que den el visto buena tus compis –uno morado y otro rojo-, y por unanimidad gana el morado.

Si supieran que te lo compraste en el mercadillo por 15 euros, en un puesto con vestidos de fiesta de marca se les torcía hasta la campanilla…!

c)Los zapatos. Joder, vamos listas. Aún hace calor para zapato cerrado, y además, al vestido le pagan unas sandalias, pero no tienes ningunas en condiciones para ponerte. Y tú tiesa sin pelas!! Sales como una loca a recorrer todas las zapaterías de la ciudad, hasta encontrar unas sandalias preciosas que, milagritos de la vida moderna y del comercio injusto, cuestan 15 euros! Los miras y remiras por si tienen algún defecto. Te las pruebas (algo malo tienen que tener), pero nada de nada. Son perfectas (bueno, están un poquito grandes, pero si estudias la posición del pie cuidadosamente no se nota). No entro en mi de gozo!!

d)Jóder, y ahora queda el bolso. Ufff! Miras el armario y no ves nada que le vaya al conjunto. Intentas colar un bolso de mano normalito, pero la experta en protocolo de la oficina te lo desaconseja encarecidamente. Le sonríes amablemente, le das las gracias, y te vuelves con la mirada torcida porque acaba de joderte el invento. En fin: no te queda otra. Haces un llamamiento solidario a la gente que conoces pidiendo un bolso de fiesta prestado. Pero como se te olvida decir lo que estás buscando (y que no todo el mundo tiene el mismo gusto) te aparecen con una serie de “perlas” que parecen salidas de un ágape de la familia Adams o de una fiesta pirataaaa. Y tú allí con cara de felicidad y la mejor de tus sonrisas… “Ohhhh, qué bonito, pero qué pena! No le va al vestido… Uy, es precioso, pero no combina con los zapatos…”

Al final aparece tu mejor amiga, con toda su ilusión, con un bolsito sobre el que prefieres no opinar, le das un beso, le agradeces el detalle, y le das las gracias por salvarte la vida. Al día siguiente te vas al mercadillo, pobre como las ratas y desahuciada, y compras un bolso que parece dar el pego por 4 euros. Lo pones a prueba con la victim fashion de la oficina, y… ¡¡Prueba superada!!

e)Se acerca el día de la boda y empiezan a bajar las temperaturas alarmantemente… Joder, que más puede pasar? En fin... Cuando ya creías tenerlo controlado todo empieza la búsqueda de echarpe, chal, mantón, pashmina, chaquetita, pañuelo, o sucedáneo. Tu mejor amiga vuelve a aparecer de nuevo y te trae uno que no está nada mal. Pero solo hay un pequeño problema: que a ella le viene pequeño, y teniendo en cuenta que es casi 20 centimetros más baja que tú y que tiene la mitad de tu espalda, pues que os voy a contar, no? Le digo:

“Oye, me está pequeño”
“Pues si, la verdad es que me está chico a mi también.”
Y te quedas pensando: y no se te ha ocurrido antes lo de que yo abulto el doble que tú, huevo duro????

En fin. Finalmente, después de revisar todas las tiendas en las que puedes encontrar cacharros parecidos sin tener que empeñar una pierna, terminas tus compras en el corte chino. Un fantástico foulard que imita seda natural y que vuelve a pasar los controles de calidad pijos!!! Yupiiii!!

Ya lo tienes todo listo. Ahora solo falta hacer cuentas para soltar la pasta. Y empiezas a sondear entre amigos, compañeros y conocidos… Oye, tú cuando estás dando para las bodas? Y si vas solo? (por que voy yo sola, of course!)

- Yo doy 120 si vamos dos.
- Pues yo 150 0 170.
- Pero y si vais solas?
- No sé, yo daría 60 o 70, y va que corta.
- 60 o 70 no es demasiado poco en estos tiempos? (pregunto yo con ingenuidad de la verdadera) Yo había pensado en 100 o 120, no sé…
- Que no, mujer, que 70 van bien.
- Ok, graciassss!!

Me han convencido. Me daba palo soltar 100 euros, pero no me llegaba pa´los 120. Pero estos me han quitado rápidamente todo rastro de culpabilidad del cuerpo.

Hala, a tomar por saco! A ver si por lo menos me lo paso bien…

miércoles, 6 de enero de 2010

Sobre como sobrevivir a las invitaciones de boda (I)


Septiembre de 2009...

Querido diario:

Ha sido un día perfecto. Comidita en el campo con los colegas, un rato de risas y de charlas y baño en el río (si, esas cosas todavía se hacen en algunos sitios!). Vuelves a la civilización, y de pronto notas que te llega el sonido del móvil desde tu bolso. Te asomas para ver de quién se trata, y descubres que es una amiga de la que no sabes nada desde hace, por lo menos, dos años. En ese momento, la melodía de tu móvil deja de parecerse al sonido de un viejo teléfono y se convierte en la partitura de la ducha de psicosis: Ni-no-ni-no-niiiii-nooooooniiinoniiii!!

Descuelgas con la mano temblando y un tic nervioso en el ojo. Solo pueden ser dos cosas: o su hermana (que era tu mejor amiga) está embarazada, o….

(PAUSA INTERMINABLE)

¡Hooola!!
Hombreee, cuanto tiempo! ¿Cómo estás?
Bien, bien, y tú?
Pues bien también (y sin haberlo ensayado, me ha salido un pareado…En fin…) Qué, no me digas que tu hermana me va a hacer tita?
Siiii!
Hombre, qué bien!! (hago un esfuerzo para parecer realmente entusiasmada)
Es bromaaaaaaaaaa! Que me casooooo!!!!
ANDA, QUE BIÉN, MENUDA SORPRESA!!! (Aggg, será cabrona! casi me da un soponcio… Y yo que llevaba casi un año fardando de no tener ninguna boda a la vista en los próximos cinco años!)
Pues si, me caso dentro de 20 días!
Ah, vale! (Dentro de 20 días? Y he dicho cabrona? Me quedé corta!!! De donde ahorro yo ahora pa´hacer el regalo si el cerdito lo rompí pa´poder alimentarme de algo que no fueran macarrones la semana pasada? Y el vestido…? Y los zapatos…? Y el bolso…? Y… Y…? Ahhhhhhh!)
Tenemos que quedar para que te de la invitación. Por que vas a venir, verdad?
Hooombre… (Y qué puñetas me invento yo sobre la marcha pa´no ir? Aprieto los ojos y el entrecejo, pero ná, no se me ocurre nada convincente en dos segundos), pos claro que si, mujer, qué alegría!! (pero que hipócritas somos a veces las mujeres!).


En ese momento, mi mejor amiga, que está sentada a mi lado, me mira con cara de marciana. Cuando cuelgo, me dice: Pero si a ti no te gustan las bodas, porqué la felicitas? Joer, pues por que es lo que ella quiere, no le voy a dar el pésame! (aunque ganas no me faltan!).

En fin, que sin comerlo ni beberlo me veo citada para la entrega oficial de tarjetas. Que digo yo, podían enviarlas por correo electrónico, que por lo menos resultaría más rápido, barato y moderno, no? Bueno, al menos me invitaron a las tapitas. Algo es algo.

Y a todo esto, yo al novio lo he visto una vez! Eso si, inconfundible, porque Kojak tenía más pelo que él!Pero… Tengo que reconocer que hasta me lo pasé bien con ellos, porque en dos años han pasado muchas cosas y hay palique pa´entretenerse.

En fin. Ahora empieza lo más crudo...

martes, 5 de enero de 2010

Minúsculos compromisos con la tierra


Veamos... Hace ya siglos cierta personita respondió de corazón a un post que dejé sobre consejos para cuidar la tierra empezando por nuestra propia casa y nuestra vida cotidiana.

Por fin hoy he encontrado un hueco para compartir algunas (no todas) de esas pequeñas e insignificantes cosas que hago día a día:

* Tengo instalado doble acristalamiento en todas las ventanas de casa.
* Uso al máximo la luz natural y no enciendo las luces fluorescentes continuamente.
* Reciclo absolutamente todo el papel, los plásticos y el vidrio (odio los sobres con ventanitas de plástico, hay que quitarlas una a una!!!).
* Limpio -al menos superficialmente- los envases antes de tirarlos al reciclado.
Tengo instalada en casa ducha y no bañera, así evito tentaciones.
* Uso poquísimo el aire acondicionado, y cuando lo hago, reciclo el agua para limpiar el suelo o el inodoro.
* Uso una bola de lavado ecológico en la lavadora, así que no necesito jabón ni suavizante para la ropa.
* Estoy sustituyendo todos los productos de limpieza por productos más respetuosos con el medio ambiente y con menos tensioactivos.
* Uso vinagre para limpiar los metales.
* Rechazo las bolsas de plástico que me ofrecen en comercios, reutilizo las que tengo (uso una fija para el papel y otra para el plástico) y dejo para reciclar las que se van rompiendo.
* Llevo siempre encima una bolsa plegable reutilizable que uso para la compra.
* Evito comprar en la medida de lo posible productos con embalaje excesivo.
* Compro los productos frescos en tiendas y negocios de barrio.
* Reutilizo envases y botes para otros destinos.
* Intento no comprar ni regalar productos que necesiten pilas.
* Evito comprar pilas siempre que puedo, y en su lugar uso baterías recargables.
* Compro cada vez menos productos en comercios de "todo a 1 euro", por que en su mayoría proceden de la explotación laboral de mujeres y niños, y son elaborados con materias primas de baja calidad.
* Me desplazo a pie siempre que puedo, intentando usar mi coche lo menos posible.
* Reciclo también papel y plástico en mi trabajo.
* Nunca abro los grifos a tope.
* Tengo instalado un dispositivo de doble descarga de agua en el inodoro.
* Compro productos de papelería reciclados siempre que puedo.
* Tengo como propósito nuevo para éste año comprar mis regalos en tiendas de comercio justo o tiendas con productos artesanales o naturales.
Compro huevos procedentes de granjas en las que no se ha maltratado a los animales.
* Evito comprar productos de ciertas marcas que maltratan el medio ambiente o se comportan de forma insolidaria con las personas.
Sustituyo la bomba de calor del aire acondicionado por un pequeño radiador en el salón, cerrando puertas y ventanas para conservar el calor.
* Leo información de páginas como las de greenpeace.
* Hago difusión de actividades, iniciativas y consejos entre mis amigos y conocidos.
* Todos mis electrodomésticos son de clase A.
* Colaboro econonómica (aunque modestamente) con dos Ong´s
...

domingo, 3 de enero de 2010

El miedo global


"Los que trabajan tienen miedo a perder el trabajo.
Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
Quién no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones, miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para despertar.
Miedo a la multitud, miedo a la soledad.Miedo a lo que fue y a lo que pudo ser, miedo de morir, miedo de vivir."


... Del libro "Patas arriba. La escuela del mundo al revés", de Eduardo Galdeano.