lunes, 23 de noviembre de 2009

De vuelta a Roma


Soy consciente de que hace ya tiempo que dejé de escribir sobre el culebrón "Mattia" de mi vida... Para mi esa ha sido una señal, al menos en parte, de recuperación. Una forma de decir "no necesito hablar de él como antes, eso es bueno!".

Pero dentro de una semana y media vuelvo a Roma, por propia elección. Vuelvo a la ciudad eterna por que la adoro, por que llevo un año y medio sin verla y por que necesito pasear por sus calles, observar a su gente y empaparme de la atmósfera -para mi especial- que la envuelve.

Allí siempre me siento como en una segunda casa, y al mismo tiempo disfruto sintiéndome libre, desconocida...

Mattia ha programado esos días para pasar el máximo de tiempo posible conmigo, mientras seguimos jugando, en cierto modo, al ratón y al gato. Las cosas han cambiado, yo he puesto gradualmente más distancia física y emocional entre nosotros, y me siento más lejos -y libre de su carga- de lo que nunca me he sentido.

Pero durante los últimos días he vuelto a sentir miedo. Si lo evito en mi cabeza durante el día, aparece en mis sueños. Si yo me alejo un metro, él se aleja dos y me quita la poca seguridad y el control que pensaba haber logrado...

En fin, ahora tengo que reconocer que estoy un poco asustada. ¿Y si todo lo que he conseguido avanzar se esfuma cuando lo vea? ¿Y si lo miro y me derrumbo como un castillo de arena?

Espero que esta vez no vuelva a suceder. El viaje que compartimos en Madrid, en septiembre, me sirvió para terminar de abrir los ojos, y no quiero volver a cerrarlos.

No quiero retroceder en el camino.

Os dejo un clásico de la salsa que me envió hace unos días una persona por la que siento un gran afecto, y que ha sido un pequeño gran apoyo en mi vida durante este último año. Conocía esta canción y la he bailado cien veces, pero no la tenía, y nunca me había detenido a pensar en la letra.

Espero que con ella "vuele lejos" mi deseo para Mattia: "Aunque me arranques la piel, vuela muy lejos, no te detendré..."

Muchas gracias, peque.

">

4 comentarios:

Unknown dijo...

Jolines, Galilea, qué de estrellas...

Al final, vuelves. Cuánto tiempo, ¿no? Y cuando nos creemos que está todo bajo control, pasa algo y nos damos cuenta de lo débiles que seguimos siendo.

Sin embargo, yo quiero pensar que tú, sientas lo que sientas, ahora eres mucho más fuerte, más sabia y tienes claro con quién estás tratando.

Un abrazo, reina mora.

PD. Me gusta la fotillo con tantas lucecitas como si fueran estrellas.
PD2. Galilea? Eso no era una canción...

mAlicia dijo...

A mi me gustó la imagen por la misma razón... ;-)

Pues si, yo me creía ya endurecida, y resulta que aún soy vulnerable. Eso si, tengo claro que ya no es como antes, ahora soy capaz de seguir adelante sin tenerle dentro de mi cabecita continuamente. He avanzado mucho, muchísimo.

Veremos que tal esta nueva prueba de fuego...Eso espero yo también, preciosa!

Galilea? Me parece que si... De Sergio Dalma, no?

Muaaaakkk!

Anónimo dijo...

nadie es tan duro como una roca... cuántas veces nos imponemos frialdad y llegado el momento nos derretimos... lo importante es que las cosas y experiencias negativas no cambien lo positivo que hay en ti...
ánimo y suerte!

mAlicia dijo...

Muchas gracias, G.!!

Perdona que haya tardado tanto en responderte, pero ultimamente no paraba... De hecho, te estoy respondiendo desde el albergue en el que paro en Roma, en pleno Trastevere (es por si os da un poquito de envidia sana) :-)

Ahi voy, por el momento bastante bien, muy en mi sitio y sin sufrir, que ya es mucho.

Me voy a patearme las calles de Romaaaa!!!

Besos, guapa!!!

P.d. Y pà ti, mi Sere de mis amores!!!!