domingo, 22 de febrero de 2009

Desenjaulándome


Ayer por la noche volví después de pasar toda la semana fuera de casa, ya que me marché a una ciudad preciosa para hacer un curso que era realmente importante para mi.

Ha sido una semana de aislamiento con respecto al mundo (apenas pude disfrutar en esta ocasión de la ciudad, y el acceso a internet funcionaba de pena), porque casi podía decirse que estábamos alojados en un monasterio cisterciense..

Por fortuna el grupo cuajó rápidamente, y aunque la mayoría no nos conocíamos al llegar, hicimos buenas migas. Al final, la marcha la montábamos nosotros mismos por la noche. Así que el "aislamiento" me ha brindado la oportunidad de conocer a gente estupenda, aprender cosas nuevas y divertirme. ¿Qué más podía pedir?

El hecho de hacer este curso supone un punto de inflexión fundamental en mi vida, quizá algún día os cuente con más detalle.. Tomé una decisión sobre la que llevaba reflexionando mucho tiempo (a decir verdad, desde que salí a vivir fuera de España por primera vez.. O mejor dicho, desde que tuve uso de razón) hace un par de meses, y tengo que reconocer que todo está sucediendo a una gran velocidad. Hasta el punto de que a los tres días de comenzar el curso recibí una llamada con una propuesta para empezar de cero al otro lado del mundo!

Lo estuve pensando detenidamente durante el resto de la semana, y he decidido esperar un poco. Pero no porque tenga miedo, ni tampoco porque no sea el momento. Simplemente, creo que el destino puede reservarme aún alguna otra propuesta que cumpla mis requisitos. El principal de ellos, que me permita hacer un trabajo de campo más cercano a mi profesión, junto a la gente.

Siempre habrá tiempo para pensarlo mejor y sentarme en un despacho en cualquier parte del mundo si pasa el tiempo y mis sueños no se cumplen.

Por el momento, he conseguido abrir la puerta de mi jaula de oro. Ahora solo queda esperar a que el viento me permita trazar mi rumbo y despegar.

Todo llega a su momento.

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