jueves, 24 de septiembre de 2009

Binta y la gran idea

Hoy quiero compartir con vosotros un cortometraje del director español Javier Fesser. Se trata de "Binta y la gran idea" (2004), y forma parte de la película “En el Mundo a cada rato”, en la que cinco directores muestran su visión sobre distintas realidades que afectan a la infancia y por las que UNICEF trabaja en todo el mundo.

El corto -rodado en Casamance, en el sur de Senegal- muestra algunos de los problemas a los que se enfrentan los niños y niñas en África subsahariana, desde la mirada inocente y optimista de Binta, la pequeña protagonista.

Se trata de un recordatorio necesario de algunos de los derechos que todos los niños y las niñas del mundo deberían disfrutar, hilado a través de una historia encantadora, llena de valores, simpatía, optimismo y amor por la vida y por el ser humano. Merece la pena verlo, y reflexionar mucho, especialmente con un final que a mi me dejó con una sonrisa en los labios y en el corazón.

Tenemos tantas cosas que aprender en ésta vida, y tantas por las que preguntarnos... ¿Dónde reside la verdadera felicidad? ¿Somos realmente felices con nuestro estilo de vida y nuestra eterna necesidad de consumir? ¿Estamos perdiendo nuestros valores y nuestra fe en el ser humano? ¿Somos realmente solidarios y generosos con los que nos rodean, y con aquellos que están lejos de nosotros y lo necesitan...?

Dura más de 30 minutos, así que lo dejo en tres partes, para que podáis ir viéndolo poco a poco.

Hace ya mucho que buscaba el momento para compartirlo con vosotros. Siento haber tardado tanto. :-)

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8 comentarios:

Unknown dijo...

Realidades...

mAlicia dijo...

No te ha gustado, Sere? Que te ha parecido el final?

Un besote...

Unknown dijo...

Sí me gustó. Me hizo sonreír y me emocionó.

Me hizo pensar de nuevo en cómo las realidades construyen los idiomas, y cómo, en cierto modo, estos estructuran el pensamiento.

Sentí una cosa que no me gusta nada, y no es la primera vez que lo hago. No me tengo por una persona culta, ni inteligente, ni más lista que nadie. Sólo creo que he tenido oportunidades que a otros se les han negado. Y me apena ver cómo personas de mi propio entorno (ya dije que a veces no hace falta irse a kilómetros de distancia), a quienes quiero y admiro profundamente, se sienten inferiores a "mequetrefes" a los que yo, desde mi humilde posición, aplastaría con dos palabras.

Hizo que me reafirmara en que la ignorancia es un arma terrible. Reflexioné una vez más sobre los gobernantes de esos países, las condiciones que los caracterizan y los "condicionantes" que los rodean.

También tuve otros pensamientos no tan ¿altruistas? Y me dije: "dónde se construyeron esos coches?", "y esa americana, esas camisas...?"

Lo que sí queda claro es el valor de seguir sonriendo sean cuales sean las circunstancias en las que se nace.

Y... me viene a la mente la frase de aquella canción tan rayada: "dar solamente aquello que te sobra nunca fue compartir, sino dar limosna".

mAlicia dijo...

Me alegro!!!

A mi también. Y el final me pareció realmente especial... Me pregunté, al igual que tú, muchas de las cosas q te planteas, aunque no se me ocurrió pensar en la importancia q tiene el lenguaje a la hora de construir una cultura... Qué interesante!

Es una historia con moraleja, sencilla, clara y hermosa. Como tú dices, no hay que dejar nunca de sonreír.

Sabes dónde experimenté por primera vez esa sensación? En Perú, durante un verano en el q curré como cooperante voluntaria.

Aprendí que la gente, y en especial los niños, podían conservar la inocencia y la sonrisa incluso delante de un plato de agua sucia para engañar al estómago.

Unknown dijo...

Lo es... no te esperas eso para nada. Uy, espera, que está sonando la alarma, porque son las 11:22!!!

Lo que quise decir fue que la realidad conforma la lengua (no el lenguaje, Amparooo!!!). Y sí, es muy curioso, pero qué te voy a decir yo! Pero el entorno, por así llamarlo, determina las necesidades y, según éstas, se crean términos o expresiones... Es como la consabida "variedad de blancos" que distinguen los esquimales.

Quizás es esa parte de "niño/a" la que debemos conservar... no la del egoísmo, los arrebatos caprichosos, los celos, la irracionalidad... que normalmente es lo que nos ha quedado a todos. Sino la parte de sonreír porque la vida es algo muy grande.

En fin!!! Que... un beso.

Anónimo dijo...

Tierna y emotiva historia. Cada uno vive la realidad desde lo que le rodea, lo que observa y lo que siente. Para unos esa realidad es tan simple como seguir un camino ya marcado de antemano, pero siempre hay espíritus inquietos y libres que buscan algo más allá de ese camino.
Besos, Desira

mAlicia dijo...

Que si, que si... Que me refería a la lengua (ha sido una confusión de términos, ya sé que el lenguaje va más allá del término lengua y q incluye muchos más factores)! :-)

Y sí, sería bonito conservar esa inocencia q solo se tiene siendo un niño...

Un besote!!!

mAlicia dijo...

Me alegro de que te haya gustado, Desira.

Gracias por tu visita, eres un encanto!!!

Un abrazo!