domingo, 9 de noviembre de 2008

Las fases de un proceso de duelo y otras chorradas..

Por fin encuentro un rato para sentarme y escribir después de unos días bastante estresantes.. Hoy no tengo en claro si enfocar mi relato con sentido del humor o retomar el tema por el que creé este blog.. Lo mejor será ir escribiendo lo que me vaya viniendo a la cabeza, no?

Ahora mismo estoy viendo la nueva temporada de Padre de familia (por fin la fox -si, esa que siempre está "estrenando cosas" y que no las repite 200 veces como antena tres, qué graciosos!- está metiendo de cuando en cuando -imposible controlar horarios o criterios, por supuesto- capítulos nuevos), con una versión puntazo en los dos primeros capítulos de "la guerra de las galaxias".. En fin, se lo han currado bien. Imagino que George Lucas andará detrás de la serie, por eso de los derechos y demás..

Bueno, cambiando un poco de tema, tengo que reconocer que me encuentro un poco mejor ésta semana. La verdad es que la comencé el lunes más triste que Marco en el día de la madre, con el tema de siempre (si, el de mi mejor amigo, ese que le da nombre al blog), pero durante la tarde estuve hablando con una colega que me puso las pilas y me espabiló a base de bien:

"Pero vamos a ver, tú crees que él está sufriendo como tú?"

- Me quedé pensando un segundo, y contesté en voz alta algo que me jodía reconocer, pero que sabía que era cierto- "No"

Fue como un golpe para mi, como cuando se descorcha una botella en nochevieja y pegas un salto, y al siguiente momento eres consciente de que estás comenzando un nuevo año con miles de buenas intenciones y de que quieres soltar lastre..

Pues eso, así me sentí. Terminé de hablar con ella y volví a mi casa con un buen chute de adrenalina en sangre:

"Pero, ¿será posible? Yo aquí queriendo pensar como una gilipollas que él también estaría sufriendo, y que se habría dado cuenta de lo mucho que yo le hacía falta, y de lo maravillosa que soy, etc. etc. (por supuesto, como tenía que pasar al perderme), cuando en realidad lo más probable es que esté pasando tres pueblos de mi... Pues nada, nada, a pasar yo también, que ya vale de ser masoquista. Está bueno, coño, pero no para tanto!"

En fin, el resto de la semana lo he pasado mucho mejor (y eso a pesar de lo jodido que anda el trabajo, con un montón de problemas). A mis clases de natación, tal y como ya comenté, he añadido la danza del vientre (con esta tocaba retomarlo) y la danza latina. Al final no pude comenzar con el yoga, pero espero poder hacerlo la próxima semana.

Cualquiera que esté pasando por una mala racha sentimental como esta debería tener claro lo bien que sienta hacer un poco de deporte. Pero no mola eso de machacarse porque si, eh?

Conviene ir haciendo las cosas poco a poco, y buscar actividades divertidas (de ser posible), no vaya a ser que se convierta en un motivo añadido de auto-tortura, que yo lo del deporte lo digo para que de gusto (por eso de las endorfinas que nos proporcionan placer), no para que nos joda aún más.

Tendríais que ver la cara de felicidad y relajación que llevo encima cuando vuelvo a casa (a las 10 de la noche, con el fresquito y por un camino solitario que mola poco) después de la natación, que parece que acabo de tener un orgasmo y me he quedado como nuevecita.. Jeje!

Cambiando de tema... Ayer decidí ir a ver por fin "El niño con el pijama de rayas" en el cine. Se ve venir que es una historia de las tristes, tristes, pero no me esperaba el desenlace.. En fin, me harté de llorar y salí con los ojos más saltones que los del malo de perdidos (Ben, el jefe de los otros, por si alguien no cae), tratando de no ponerme a hacer pucheros por la calle (aunque parezco una chica dura por fuera, tengo un relleno blandito, como el de las empanadillas).

En estas, tiré para el gimnasio (me había ido preparada con el chandal para el cine) y me pegué un buen rato de cinta y de bicicleta elíptica (la opción pija y super dinámica a la bici estática de toda la vida, osea!)

Puedo asegurar que me quité de encima la pena, un par de células adiposas (por lo menos, digo yo!) (vale, ya sé que esas hijas de puta no te abandonan nunca a no ser que te las saquen con aspirador, pero al menos les quité algo de relleno, joder!) y al menos litro y medio de líquidos..

Volví a casa más contenta y relajada que la Ágatha Ruiz de la Prada después de hacer un desfile de ropa para los teletubbies!

Por cierto, creo que no he dicho todavía a qué me dedico, verdad? Resulta que soy psicóloga.

Ante esto, me imagino que alguien podrá decir:

"¿Joder, y siendo psicóloga te pasan estas cosas? ¿Es que no eres capaz de controlar tus emociones?"

Y yo, por mi parte, podría responder algo del estilo:

"Pues no, mire usted. Que soy psicóloga, no la prima de Chuck Norris!

Y si no, díselo a tu médico cuando te diga con un aliento pestilente de ducados que tienes que dejar de fumar, que tienes que perder veinte de los treinta kilos que le sobran a él y que tienes que relajarte.. "

Claro, claro.. Aprende de él, que no se estresa con el trabajo de por las mañanas en la seguridad social, con el trabajo de después de comer en la mutua privada y con la consulta privada de las tardes con 60 pacientes diarios! Jooorl!! Pobrecito, total para cobrar 6000 eurillos de nada al mes.."


Pues eso, que los psicólogos también somos seres humanos (no venimos de Venus, que conste), y se nos da muy bien eso de aconsejar a los demás.. Pero cuando se trata del jardín propio a veces nos crecen los enanos, como dice una colega mia (quién por cierto me recuerda un huevo a mi madre. Es más buena que un bocadillo de nocilla y se hace querer, pero puede ser de un coñazo que ya, ya...)

Con todo y con eso, y después de buscar consejo en mi propio gurú (alias "Obi-Wan Kenobi", una colega mayor y más sabia que yo) periódicamente e integrar la información con lo que yo ya sabía estoy sacando en claro un montón de cosas.

Me he pasado siete años -aunque de forma intermitente- (joder, mi colega, el que está colgado de una tía que no hace nada por intentar conocerle dice lo mismo para justificar que lo suyo no es tan grave y me pone de los nervios..) construyendo una fantasía con alguien que sabía que nunca sería mio, pero la sirenita no me salió disney, sino versión Perrault (la chunga, en la que la sirenita se queda sin chico y sin voz). Mierda de príncipe que no se dió cuenta de lo que valía la sirena, eh?

Pero la más tonta del cuento, siendo honestos, es la sirenita en cuestión, que pensó que por entregar lo mejor de si misma para estar con él él se lo agradecería eternamente, la miraría a los ojos y le diría "que buena estás, nena.. Cómo no me di cuenta antes? No me importa que te salga cola cuando te mojes, vamos a echar un polvo!"

En fin.. Para mi lo primero fue darme cuenta de que tendría que atravesar un proceso de duelo. Así es como llamamos los psicólogos al período de tiempo puteante y chungo en el que parece que cambiamos de estado de ánimo de forma brusca por etapas, cuando perdemos a alguien (en todos los sentidos, ya sea por una ruptura o por el ciclo de la vida que se cierra) o algo, o cuando nos alejamos de las personas y de los lugares que nos son queridos.

Y esto nos pasa con independencia de que la decisión sea de otro o sea nuestra, así que no hay escapatoria. Y eso ya lo sabía cuando fui yo quién decidió darle puerta..

En fin, el sudodicho "duelo" tiene cinco etapas, y cada cual parece más chunga que la anterior cuando se están pasando. Sobre todo, porque si lo sabes tienes claro y las vas analizando una a una:

"Joder, voy aún por la primera.. Por la segunda... No, voy todavía por la primera.. Ya si, ya voys seguro por la tercera, por la tercera! Yupiii!

Pero, un momento, si todavía quedan dos, y resulta que me tengo que sentir aún más triste de lo que ya estoy...!?!?! Coño, pero es eso posible? Por favor, que estoy sufriendo más que un piojo en una convención de calvos! Que esto se acabe ya o me hago el hara kiri! "

Y no veas lo que jode darte cuenta de que creías haber cerrado ya una etapa y te das cuenta de que ni de coña, de que andabas aún por la anterior. Menuda putada!

Pero vale, no me enrrollo más. Las cinco etapas o fases del proceso de duelo son:

Fase de choque: Estás como atontado, así que puede que no hayas empezado a retorcerte aún de dolor. No te has enterado de lo que vale un peine, pero llegará en la siguiente fase!

Fase de negación: Ahí, ahí es cuando empiezas a enterarte de verdad de lo que te ha pasado, y claro, no te lo puedes creer. ¿Cómo ha podido dejarme, con mi sexy barriga cervecera, mis entradas a lo pedro piqueras y mi arte en la cama? (hablo de los pedos nocturnos, claro!) (y que conste que lo estoy enfocando hacia la ruptura amorosa, creo que el tema de perder a un ser querido es lo suficientemente duro como para no tocarlo ahora. Esa es otra historia..). No te lo crees, así que buscas excusas para convencerte de que no está pasando, y de que no te has quedado de verdad sin tu "churri". Ya volverá... O se dará cuenta de lo mucho que te quiere y te suplicará que vuelvas, `amosss´!

Fase de protesta: Aquí ya te entra el mosqueo de verdad, qué puñetas! Ese maldito pigmeo no va a volver, o parece que no moverá una pestaña para recuperarte si eres tú el que se ha largado! Y te entra una mala hostia por el cuerpo.. Quieres gritar, darle una patada a una puerta (igual hasta lo haces y te machacas el dedo meñique, tía lista! Porque lo que él a es, no le va a joder ni media. Total, si no se va a enterar), echarle la culpa a alguien o ponerte verde, convertirte en el increible Hulk y destruir el mundo..

Fase de depresión: Cuando ya parecía que habías absorvido toda la tristeza de la humanidad y no te quedaba más sitio para sentirte como una mierda llega.. Tachán!!!! La fase de duelo-tristeza propiamente dicha! En fin, que te toca seguir con la digestión de todo lo que te ha pasado, pero ahora sin parecer una ameba, sin episodios de euforia y sin ataques de huevos. Vas camino de volver a la normalidad, pero todavía estás lo suficientemente hecho polvo como para llorar al morder una magdalena (pobrecita, que culpa tiene ella), o al ver el anuncio del desgraciado de gas natural que se queda sin poder enjuagarse! Hay que joderse!

Fase de aceptación: Hombre, por fin vuelves a la normalidad y eres capaz de no pensar a todas horas en el individuo/a en cuestión! Por fin Sauron ha salido de tu mente y te has quitado de encima el jodido anillo (simbólico, claro) de poder que te controlaba! Ya serás capaz de mirar alguna de sus fotos sin pensar eso de "mi tesssoooorooooo", e incluso te preguntarás que le habías visto para que te pareciera tan guapo, y tan misterioso, y tan interesante, y tan...

Sería la cicatriz de la frente? Sus entradas presagiando una calva prematura? Su gran nariz o el estilo desgarvado y encorvado con el que camina porque no tiene la suficiente seguridad en si mismo como para caminar derecho y seguro?

Y no, no hablo de Ben Stiller!

En fin, tal vez fue esa personalidad afectuosa, locuaz y arrolladora que te hacía sentir como una reina, y la confianza con la que, como un gran amigo, no te contó absolutamente nada de su vida sentimental en siete años. N-a-d-a!!!

Vale, vale.. Como habéis podido adivinar, toda esta última parte es pura ironía con mayúsculas!!

Si hasta me reconoció en una ocasión que estaba acomplejado porque pensaba que era una persona aburrida.. Lástima, porque yo sé que no es así, pero con tanto bloqueo emocional y tanto miedo a la gente es cierto que los demás lo confunden a veces con una ameba.

Y ahí llegué yo, supergirl con sus superpoderes, dispuesta a ayudarle y convertirle en un tío expresivo, amoroso, confiado y locuaz.. Y de paso locamente enamorado de mi! Ilusa!!!

Bueno, retomo el tema del duelo. Lo he reflejado aquí porque creo que es importante que sepamos por lo que estamos pasando y por lo que pasaremos cuando nos separamos de alguien a quien queremos. Eso nos ayuda a comprendernos mejor y a darnos cuenta de que no nos estamos volviendo locos, y de que antes o después nos "curaremos", aunque a veces no veamos la salida.

Yo pensaba haber llegado ya a la última fase hace un par de semanas, pero me di cuenta de que aún andaba por la penúltima hasta esta semana. Creo por fin estoy empezando a salir, aunque aún no puedo cantar victoria del todo.

Ya cantaré cuando me de cuenta del todo de que mi historia de sirena con príncipe-rana no funciona, y de que tengo una vida lo suficientemente interesante bajo el agua como para desear entrar en el castillo impenetrable y lleno de defensas de nadie.

No existen los caballeros andantes, ni las princesas de cuento. A ver si nos enteramos de una puñetera vez!

Por cierto, hoy he comenzado a leer "corazones inteligentes", confío en que será una buena lectura.

Y para cerrar, una frase que nos recuerda lo idiotas que nos vuelven a veces el amor o la atracción:

"No desayuné pensando en ti, no almorcé pensando en ti, no comí pensando en ti, y no dormí porque tenía hambre.."

No hay comentarios: