martes, 25 de noviembre de 2008

Un día gris lo tiene cualquiera


Hoy ha sido, definitivamente, un día gris. La mañana en el trabajo, interminable y llena de mal humor. La tarde, agradable durante el rato de yoga (me va gustando cada vez más), aunque tenía previsto ir a danza del vientre y me quedé dormida..¡Estaba tan cansada...!
Siempre me he vanagloriado de ser una mujer fuerte, que no necesitaba tomar café o echar una siesta para recuperarse de nada. Por ahora, del café sigo pasando (salvo en situaciones de cansancio absolutamente extremo, como cuando venías tú de visita a casa y me tiraba 20 días seguidos de marcha pendiente de ti y durmiendo poquísimo). De las siestas, digamos que, en general, también. A pesar de ello, los dos años que llevo durmiendo mal tenían que acabar pasando factura -a mi salud, a mi estado de ánimo, a mis emociones-, ¿no?
Esta tarde he dormido durante cuatro horas seguidas..
Obviamente se me pásó la hora de ir a clase, con las ganas que tenía de mover las caderitas.En fin, habrá que esperar a la semana que viene.
Supongo que no puedo seguir siendo una adolescente en todos-todos los sentidos, porque, fisicamente, los años no pasan en balde.

P.d. Sigo sin controlar definitivamente la necesidad de saber de ti, de verte conectado, de oir tu voz. Unos días va mejor, otros peor.. Al mismo tiempo vuelvo a tener ganas de mandarte a la mierda, así que tendré que echarle paciencia.

Ya me quedan solo 30 días para comprobar si realmente es posible superar esto de estar colgada de tu mejor amigo en tres meses.

No hay comentarios: