lunes, 17 de noviembre de 2008

Sábanas de franela y una ducha de agua caliente..


Acabo de volver de la piscina, he cenado y estoy escribiendo estas líneas antes de irme a dormir.. Ummm! Hay pocas cosas más agradables que una buena ducha de agua caliente o que sentir el tacto de las sábanas de franela al meterte en la cama cuando se acerca el invierno, ¿verdad?
Vale, vale, no entraré en detalles sobre otras cosas que son aún mejores cuando hace frío (¡y cuando hace calor también, claro!).
En fin, en estos días me estoy planteando la posibilidad de intentar trasladarme en serio a otro país, ya veremos si soy capaz de "echarle un par de ovarios" y hablar con mi jefe. ¿Quién sabe si tendré la oportunidad de dar un nuevo cambio a mi vida dentro de poco?
No puedo evitar pensar en el placer que me produciría imaginar tu cara si cuando volviese a hablar contigo pudiera decirte que estoy al otro lado del mundo, lejos de ti, a salvo...¿Te dolería mucho o te dolería poco?
Que os parece, ¿Deshojamos la margarita?
¿Sabes? Hoy he tenido alguno de esos momentos en los que me muero por hablar contigo, en los que necesitaría gritarte lo que siento hasta quedarme sin voz, en los que querría decirte que te odio..
Por fortuna estas sensaciones se van enterrando cada vez más profundamente bajo mi piel, de forma que ya apenas me queman al traerlas conmigo.
De todas formas, ahora no me siento triste, ni enfadada, ni dolida. Simplemente estoy cansada...
¿O tal vez serán las dichosas hormonas? ¡Benditos los hombres con su estable y previsible testosterona!

;-p

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